Que el cambio climático determina la escasez de agua es una verdad. Y en una zona semiárida recuperada como Mendoza tiene más relevancia: de hecho, un diagnóstico sobre los acuíferos en el Valle de Uco, zona crítica, señala que las perforaciones para el riego agrícola y la falta de recuperación de las reservas ha hecho bajar el nivel de agua subterránea.
Un especialista del Conicet advirtió una baja del nivel de agua subterránea para riego en el Valle de Uco
A partir de 2.000 perforaciones activas de agua para riego en la cuenca del río Tunuyán, un estudio señala menor infiltración en acuíferos. La calidad del agua
Es el resultado de un estudio dado a conocer durante el V Congreso del Agua organizado por el Departamento General de Irrigación, que reunió a más de 100 especialistas de todo el mundo bajo el lema "Agua para el Futuro".
"La baja renovación de reservas de agua lleva incluso a explotar aguas no renovables", sentenció Sebastián Dietrich, especialista del Conicet a cargo del estudio que tomó como base unas 3.000 perforaciones de riego en la cuenca del río Tunuyán, una de las más complicadas en cuanto a disponibilidad de agua superficial.
Justamente, el análisis consideró, entre otras variables, la relación entre ríos y acuíferos, que muestra una merma en el nivel de infiltración del agua. Y sobre todo el consumo a partir de 2000 pozos activos en la región, mayormente operados por terceros.
La calidad del agua, otra variable bajo control
Según Dietrich "los resultados muestran que los niveles de almacenamiento van a la baja. Y a partir de la red de monitoreo se observa que la tasa de renovación de reservas es bastante lenta".
En tal sentido, la condición de explotación del acuífero en Valle de Uco no es un hecho más. Sucede que, de acuerdo al diagnóstico realizado por el Conicet para Irrigación, la profundidad de los pozos también incide en el estado de las reservas.
"En muchas perforaciones se mezclan las aguas más profundas, que son de una calidad excepcional, con las más superficiales, intervenidas por la actividad de los productores para el riego. Eso hace que aumente la salinidad", añadió el especialista del Conicet sobre los pozos, que se multiplicaron casi por 100 desde 1980.
En ese sentido, Irrigación también lleva adelante un monitoreo de la calidad del agua subterránea. El trabajo, a cargo de Jorgelina Teruya, referente en el tema del Gobierno del agua, eso se traduce en información que permite elaborar un índice de calidad, a partir de la información suministrada por las estaciones de medición.
La investigación es, por ahora, apenas el comienzo. Es que Irrigación planea replicar el mismo análisis del nivel de los acuíferos en la cuenca del río Mendoza y también en el Sur de la provincia.
Inventario de agua: la experiencia de España
Con características hidrológicas que guardan similitudes con el área irrigada de Mendoza, la experiencia de España muestra avances que bien podrían replicarse en la provincia. Uno de ellos es un inventario de reservas de agua, que se actualiza cada 6 años, y que más allá de las diferencias geográficas, confirma una merma de los acuíferos a futuro.
Federico Lorenzo Estrada, director del Centro de Estudios Hidrológicos y uno de los expertos internacionales en gestión del agua que participaron del Congreso explicó que para realizar ese trabajo se subdivide el área irrigada (500 mil kilómetros cuadrados), en "celdas" de 500 x 500. Unos 2 millones de unidades en total, entre las que funcionan 600 puntos de medición.
"A partir de una estimación de precipitaciones, que ronda los 600 mm al año, y la evapotranspiración, de alrededor de 900, se puede determinar la escorrentía (infiltración) en dos escenarios. Pero tanto uno extremo como otro moderado muestra una baja", consideró el español Estrada.
Sin embargo, el modelo ibérico, más desarrollado, cuenta con parámetros como el Índice de Recesión de Acuíferos y un factor de fusión de la nieve, que dan mayor precisión a los datos. Así, el panorama hacia el año 2040 anticipa una baja de reservas de -3% (escenario moderado) y de -7% (extremo).
Al respecto, Estrada explicó que tal horizonte "está asociado a la suba de la temperatura promedio que provocará el cambio climático".





