Finanzas

Tarjetas de crédito: qué hacer cuando la deuda se descontrola

Por UNO

El aumento de los salarios no acompaña el ritmo de la inflación y esto se empieza a notar en el incremento de los saldos deudores de los resúmenes de las tarjetas de crédito, e incluso en la mora, que ya supera el 5%.

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Según un informe publicado por diario El Cronista, hoy el principal problema de los consumidores es la dificultad para financiarse. Debido a una política monetaria que busca alentar la inversión en pesos en lugar del dólar, las tasas de interés son altísimas.

En el caso de las tarjetas de crédito es donde más se percibe esta tendencia, dado que el Costo Financiero Total (CFT) alcanza los tres dígitos desde hace varios meses: ya tocó el 200%. Con ingresos con los que cada vez se puede comprar menos, los plásticos se volvieron un aliado, aunque si no se lo utiliza con precaución, la ayuda puede convertirse en un clásico salvavidas de plomo.

"En principio, quien se esté financiando con la tarjeta de crédito de manera crónica tiene que saber que la tasa que aplican para intereses compensatorio, y ni hablar de punitorios (que son los que se cobran cuando ni siquisiera se pagó el mínimo) son altísimas", subrayó el titular de "El ABC de tu Dinero" y docente universitario, Nicolás González.

En tanto, el autor de "Ordená tu economía", Ezequiel Baum, dijo que "la lección principal que todo deudor tiene que aprender cuando se acumula un nivel muy grande de deuda es asumir y controlar cuánto es el saldo total que se debe y a qué velocidad sigue creciendo ese monto". Por su parte, Salvador Calogero, country manager de 4Finance, cuya plataforma "Vivus" le presta dinero a personas no bancarizadas, confirmó que últimamente el destino de los fondos tomados es el pago de deudas en tarjetas de crédito.

Las opciones

Los expertos brindan algunos consejos para salir del endeudamiento:

Bajar el nivel de gasto: Esto es lo que ningún consumidor quiere oír, pero debe ser el objetivo número uno, en cuanto sus posibilidades se lo permitan, claro. La tarjeta de crédito genera una falsa sensación, la de contar con dinero extra; aun cuando se sabe que inevitablemente el día de vencimiento va a llegar y habrá que enfrentar ese gasto, el plástico es un recurso que está muy al alcance de la mano. Si se trata de una necesidad real, es mejor no usar al tarjeta.

No comprar todo en cuotas: Las cuotas también desatan una sensación engañosa, quizás más ilusoria que el uso de la tarjeta en sí. Los pagos de cada mes pueden parecer montos muy chicos, el problema surje cuando las cuota se acumulan. Así lo describió Baum: "Si apilo un montón de cuotas y no puedo desagotar la deuda que me toca al cierre de ese resumen se puede juntar un volumen a un interés muy alto que hará crecer todavía más la deuda". Las cuotas son una buena opción cuando el producto es imposible de pagar de contado.

El uso del ahorro en dólares: Siempre es conveniente contar con un ahorro para poder acudir ante cualquier eventualdiad. Si bien una deuda que se descontroló no cuenta como una sorpresa o un hecho inesperado, puede ser un buen momento para usar los dólares guardados. El tipo de cambio se disparó el año pasado y este año, e incluso la cotización puede seguir subiendo, pero los intereses de las tarjetas de crédito suelen crecer a un ritmo mayor.

Préstamos personal bancario: "Primero hay que cortar la hemorragia, salir y buscar una fuente de financiamiento alternativa, en principio, del propio banco. El préstamo personal, por definición, es más barato que la tarjeta, porque por orden del Banco Central las tarjetas no pueden cobrar más de 25 puntos que el porcentaje que se cobra por un crédito", detalló González. De esta manera, siempre que no se siga usando el plástico, de hecho sería mejor cerrarla, un préstamos personal es una buena opción. En cambio, si el uso del plástico persiste, la solución puede ser peor que el problema, porque de una dueda se pasará a tener dos.    

Préstamos fintech: Los préstamos que ofrecen las aplicaciones de los celulares o las plataformas web, puede ser una respuesta para los deudores que no están bancarizados, es decir, que tiene una tarjeta de crédito que no pertenece a un banco, o para aquellos que consigan una tasa más baja que la que cobra la tarjeta y su entidad. "Por nuestro perfil de cliente y por la madurez de nuestra cartera tenemos un sistema de tasas que varía según el cliente. A medida que va pidiendo más créditos, y cumple con ese compromiso, mejores tasas obtiene a futuro", señaló Calogero. Por lo tanto, un cliente con un buen historial en Vivus puede tomar préstamo a 30 días a una tasa de 10% mensuales, que a grandes rasgos es más barato que una tarjeta que cobre un CFT cercado al 200%.

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