El economista José Luis Espert no anda con sutilezas o eufemismos.
Respecto a la suba de la carne, opinó así: "Los gobiernos cambian, pero las pelotudeces que se dicen para bajar los precios quedan, permanecen en nuestras podridas mentes".
En una entrevista con el sitio Infobae.com, Espert definió que "volver a Davos es volver a la civilización de donde nos sacó el kirchnerismo, que nos llevó a un mundo económico animal como el de Venezuela y fascista como el de Rusia y China".
Rápidamente volvió a la coyuntura argentina y destacó que el programa fiscal y de metas de inflación anunciado por el ministro Alfonso Prat-Gay "será muy difícil de cumplir, por la presión de los salarios del sector público, porque y si el Gobierno quiere cumplir con el plan monetario deberá subir muy fuerte la tasa de interés y eso afectará el crecimiento del PBI".
Espert manifestó que "en el plano fiscal el Gobierno no explicitó de entrada el desastre que dejó el kirchnerismo, y comenzó con un programa muy blando por parte de Alfonso Prat-Gay, porque optó por el gradualismo para reducir el déficit fiscal en los próximos cuatro años".
El economista sostuvo que "el exceso de gasto público no está en los subsidios a la energía, aunque hay que eliminarlos, sino en la suma de empleados públicos que demanda un pago anual de $900.000 millones".
Espert también advirtió sobre la posibilidad de un nuevo retraso cambiario ante una flotación semifija en una banda de 13,30 a 13,70 pesos, al manifestar que "si este Gobierno logra cerrar un acuerdo con los holdouts y consigue unos USD 30.000 millones para cerrar su programa financiero en el 2016, puede caer en la tentación de dejar atrasar la paridad entre el peso y el dólar para reactivar la economía artificialmente".
Fuente: Infobae.com