La Asociación Estadounidense de Productores de Soja emitió una amarga nota oficial donde manifestó su "enorme frustración ante la escalada de una guerra comercial con el mayor cliente de la soja de Estados Unidos".

El grupo pidió a "la Casa Blanca a que reconsidere los aranceles que condujeron a esta represalia". Según la entidad, China compra 61% de las exportaciones estadounidenses de soja, que equivale a más de 30% de la producción nacional.

Myron Brilliant, vicepresidente ejecutivo de la Cámara Estadounidense de Comercio, apuntó en una nota que el gobierno está en lo correcto al tratar de "restablecer la equidad y la justicia en las relaciones comerciales con China". Sin embargo, añadió que "imponer tarifas a productos usados diariamente por consumidores estadounidenses y que generan empleos no es la forma de alcanzar ese objetivo".

La gigante automotriz GM adoptó un lenguaje más cauteloso y llamó a "los dos países a continuar un diálogo constructivo y buscar políticas comerciales sostenibles".

China y Estados Unidos, señaló la firma, son "los dos mayores mercados automotores del mundo".

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