Crisis económica

Para no ser pobre una familia mendocina necesitó $53 mil

Siguen subiendo los números provinciales y nacionales de la pobreza. En febrero, para no caer a ese nivel una familia de Mendoza necesitó $53 mil y en el país $58 mil

Para que una familia no cayera bajo la línea de la pobreza en Mendoza, necesitó en febrero tener ingresos cercanos a los $53.000. Y para no llegar a la indigencia precisó de casi $21.000. A nivel nacional los números fueron más altos: una familia tipo necesitó en febrero casi $58 mil para no caer en la pobreza y un ingreso mensual de más de $24 mil para no ser considerado indigente. Así lo indican los informes difundidos este martes en Mendoza por la DEIE (Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas) y en el país por el INDEC (Instituto Nacional de Estadística y Censos).

En Mendoza las líneas de pobreza e indigencia de febrero para una familia tipo fueron de $52.578,10 y $20.947,45 respectivamente. Hubo un incremento importante respecto de enero cuando los números fueron $50.295,07 y $20.037,88. Es decir que la línea de la pobreza subió $2.283,03 y la de indigencia $909,57. Respecto a febrero de 2020 las cifras son alarmantes. Para no ser pobre, una familia mendocina necesitaba hace un año $35.473,26, es decir casi $17 mil menos que en la actualidad. Y para no ser indigente precisaba $13.749,33, más de $10 mil menos que ahora.

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A nivel nacional, la Canasta Básica Total (CBT) registró en febrero un aumento de 2,7%, respecto de enero, y una variación interanual de 42,2%. En el caso de la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que mide exclusivamente el consumo de alimentos, sin tener en cuenta las tarifas, la variación mensual respecto de enero fue de 3,6% y la interanual es 46,4%, agregó el organismo.

De esta forma, un grupo familiar compuesto por dos adultos y dos menores necesitó contar con ingresos por $57.997 para no caer debajo de la línea de la pobreza y de $24.575 para no caer en la indigencia.

En febrero, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) aumentó 3,6% y acumuló un incremento de 40,7% interanual, impulsado por el alza de la división alimentos y bebidas, la de mayor incidencia en todas las regiones.

Los aumentos observados en frutas; verduras, tubérculos y legumbres; aceites, grasas y manteca; e infusiones fueron parcialmente compensados por leche, productos lácteos y huevos y las carnes y derivados, que mostraron subas por debajo del promedio.

En enero pasado, la Canasta Básica Total (CBT) había registrado un aumento de 4,2% y la Canasta Básica Alimentaria (CBA), una suba de 4,6%, en ambos casos en relación al mes anterior.

La canasta básica alimentaria responde a los requerimientos normativos kilocalóricos y proteicos imprescindibles para un determinado grupo familiar, compuesto entre otros productos por pan, arroz, fideos, papa, azúcar, legumbres secas, carne, menudencias, fiambres, aceite, huevo y leche, entre otros.

En tanto, para determinar la canasta básica total se utiliza como base la canasta familiar y se le suma los precios de bienes y servicios no alimentarios.