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La damajuana de vino resurgió como envase estrella tras la pandemia

La venta de damajuanas cerró el año de la pandemia con una suba promedio del 14,77%. Podía haber sido mayor, si no fuera porque los envases se agotaron y las bodegas perdieron la posibilidad de vender más

Durante el año pasado el consumo de vino aumentó. Tanto las exportaciones como el consumo en el mercado interno se vieron beneficiados por el cambio de hábitos que produjo la pandemia. Este incremento de la presencia de vino en la mesa cotidiana hizo que se produjera un resurgimiento de un envase que fue estrella en décadas pasadas: la damajuana.

En junio pasado sus ventas crecieron el 61,26%, en octubre escalaron el 41,24% y en septiembre el 32,42%. La venta de damajuanas cerró el año de la pandemia con una suba promedio del 14,77%, según el Observatorio Vitivinícola Argentino en base a datos del INV. Podía haber sido mayor, si no fuera porque los envases se agotaron y las bodegas perdieron la posibilidad de vender más.

La época dorada del vino en damajuana fue la década del '90 cuando el 60% del vino que se vendía estaba embotellado en damajuanas. Ahora ronda el 10% pero va en aumento. Lo notorio es que no se reduce a un fenómeno del interior del país, o a los pueblos chicos, sino que también ha repuntado en Buenos Aires no sólo en el AMBA sino en Capital Federal. Hay más vinotecas que lo venden e inclusive comercios gastronómicos de primera línea compran el vino en este envase.

En una publicación del diario BAE se rescata la opinión de varias bodegas.

Carlos Crotta presidente de Bodegas y Viñedos Crotta es quien lidera el mercado, no sólo la venta local, sino también exporta damajuanas. “Fuimos los primeros en vender damajuanas de 5 y 10 litros, porque antes la gente del campo iba muy poco a la ciudad y prefería envases muy grandes. La época de oro fue en la década del ’90 cuando el 60% del vino que se vendía estaba embotellado en damajuanas. Ahora ronda el 10% pero va en aumento. Se vende más en el interior del país- Parecía que se había perdido la costumbre en las grandes urbes, pero en Palermo Soho nos compran mucho para venderlos en los pingüinos y los restaurantes también nos compran grandes cantidades para la cocina. Les vendemos también damajuanas en cantidades a las cocinas del Sheraton, Hyatt, a todos los cinco estrellas”, señaló Crotta al diario BAE.

Desde Crotta comercializan tinto de mesa, blanco de mesa, tinto dulce y blanco dulce. Pero además, ofrecen borgogna, chablis, mabec, malbec roble, cabernet, cabernet roble, torrontés, chardonnay, merlot, marsala mistela, moscato, oporto, syrah y jerez. Crotta lidera el mercado con la venta de 150.000 damajuanas por mes y además exporta a Paraguay y Estados Unidos desde hace 20 años. La colonia latina de New Jersey es la que más consume damajuanas de malbec.

Crotta explicó a BAE Negocios: “En la pandemia subió el consumo porque la gente estuvo más en su casa y pasó de tomar vino sólo a la noche a tomar en los mediodías. Las ventas aumentaron tanto que en junio, julio y agosto nos quedamos sin envase porque Cattorini, que es el único fabricante no podía vendernos. Pese a todo la suba de las ventas en la bodega fue de un 30%. Conviene mucho más una damajuana. Mientras una botella ronda los $120 en un supermercado, una damajuana de cinco litros arranca en los $400. El ahorro es de un 50%”.

Hugo Tornaghi, dueño de la Bodega Tornaghi de San Rafael, es la quinta generación de su familia. “Embotellamos en damajuana desde 1950, primero de 10 litros y ahora de 5. Antes se hacían en canastos de mimbre, hoy la mayoría elige el plástico. Vendemos sólo en el interior de la provincia de Buenos Aires, La Pampa y Río Negro. Algunos años hemos pensado en abandonar el envase, pero se sigue vendiendo. La gente le tiene mucho cariño a la damajuana y cuando sube el precio del vino, aumenta automáticamente la venta. Es el envase más económico, incluso mucho más barato que el vino en tetra”.

En la Bodega Familia Giaquinta, el 90% de los vinos que se venden salen en damajuana. Emilio Giaquinta, socio gerente contó a BAE Negocios: “Desde la década del ’80 vendemos damajuanas. Ofrecemos blancos, Pedro Giménez, torrontés, chardonnay y cortes bivarietales. En tintos tenemos syrah, bonarda, malbec, malbec reserva y pinot noir reserva. Para la zona exclusiva del Valle de Uco trabajamos una damajuana con tinto endulzado a base de bonarda y syrah”.

La falta de envases es un problema

Varios bodegueros plantearon que durante el año pasado no pudieron vender más porque no conseguían envases. La escasez de envases ha complicado a la industria en general, y ante el abrupto aumento de la demanda en un sector ha sido difícil dar respuesta.

Los precios del vino en damajuana arranca en los $600 y llega hasta los $1.200 dependiendo de las calidades. En general lo que más se consume es tinto, malbec, malbec con roble, syrah, cabernet sauvignon y bonarda. También hay oferta de chardonnay y torrontés. En relación a los precios una botella de malbec de La Íride cuesta $365, mientras que una damajuana de 5 litros cotiza a $964 y se trata del mismo vino. Ahí se ve el ahorro.

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