Pero desde hace algunas semanas la situación se agravó. Ya no hubo cierre de algunas sucursales, sino que las persianas se bajaron en todas ellas. Sin embargo, la empresa no despidió a nadie, aunque tampoco pagó los sueldos y a esas deudas se le acumularon los aguinaldos y las vacaciones.
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El cierre de sucursales de Garbarino se ha repetido en todo el país
Retiros voluntarios en duda
Desde el Centro de Empleados de Comercio de Mendoza criticaron el ofrecimiento hecho por Garbarino. Su presidente, Fernando Ligorria, aseguró que la empresa no ofrece garantías de ningún tipo, y que tampoco está ofreciendo doble indemnización, según la legislación actual.
Uno de los principales problemas que ven desde el CEC es que al ser cuotas fijas, la inflación se irá comiendo el poder adquisitivo de los empleados, lo que se ve agravado porque cuando comiencen a abonarse, los empleados habrán llevado medio año sin cobrar y con deudas que se han ido acumulando en ese tiempo, por lo que las primeras cuotas deberían ser destinadas a pagarlas y no sumar nuevas.