Según la agencia RIA Novosti, el Partido Comunista Ruso (PCR) se opone rotundamente a que el actor de 41 años se meta en la piel del líder bolchevique porque Leo no cumple unos requisitos insólitos y exagerados.

Las insólitas razones de los rusos para que DiCaprio no interprete a Lenin

Por UNO

Hace varias semanas el mundo del cine se hizo eco de las declaraciones de Leo DiCaprio que, en medio de la promoción de El Renacido, aseguró al periódico británico The Guardian que anhelaba con interpretar a figuras de gran envergadura histórica y política rusa como Vladímir Putin, Rasputín y hasta el mismísimo Lenin. Siendo un actor habitual en el género de los películas biográficas, su sueño no suena tan descabellado... aunque los rusos no piensan lo mismo.

Según la agencia RIA Novosti, el Partido Comunista Ruso (PCR) se opone rotundamente a que el actor de 41 años se meta en la piel del líder bolchevique porque Leo no cumple unos requisitos insólitos y exagerados.

Para empezar, según las declaraciones de Serguéi Malinkovich, miembro del Comité Central del PCR, DiCaprio no puede encarnar al teórico propulsor del leninismo debido a su lista de villanos cinematográficos. Además, consideran que para llegar a permitirle que interprete a su líder, debería visitar los lugares habituales que frecuentaba Vladimir Lenin, pero sobre todo, tendría que vivir medio año -como mínimo- desterrado en Shúshenskoye, la pequeña aldea siberiana que Lenin eligió como destino para su exilio tras ser desterrado en 1897, y donde residió durante tres años.

Aun así, los ojos de la industria de cine ruso brillaron enseguida ante las perspectivas de hacerse con una gallina de huevos de oro y el portavoz de los estudios Lenfilm (los más antiguos de Rusia), Valeri Kárpov, aseguró a una radio de su país que él estaría dispuesto a poner en marcha un proyecto de esas características con Leo. "Tenemos suficientes decorados y accesorios para recrear la época prerrevolucionaria", sentenciaba mientras el cineasta Vladímir Bortko no pierde el tiempo y ya se ofreció como director.

Increíble pero cierto, las excusas de los comunistas son tan insólitas como absurdas. Por supuesto que Leo no necesitó sufrir problemas de retraso mental para su papel en ¿A quién ama Gilbert Grape?; ni tuvo que vivir en un mundo paralelo de sueños para Inception; ni tampoco estuvo en el hundimiento del Titanic ni dirigió el FBI para dar vida a J. Edgar Hoover.