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Unas teteras de barro hechas por Yu. PARA USO DE CHINA DAILY
Yu inició su camino en la alfarería en la década de 1990, cuando la modernización ya había empujado a la industria local al declive.
En 1990 heredó el oficio de su padre y hermano adoptivo, ambos artesanos de la cerámica. Más allá de su entusiasmo y talento natural, también sintió la responsabilidad de cumplir con las expectativas de su familia.
“Lo que me dijo mi padre adoptivo me llegó al corazón”, recordó Yu. “Dijo que la gente no podría encontrar una vasija como la nuestra si nuestra generación no lograba continuar con la tradición”. Ese mayo, Yu construyó su primer horno.
La alfarería es un arte exigente. El proceso incluye más de una docena de pasos, desde la selección y el refinamiento del barro hasta el modelado, los detalles y la cocción, todo realizado en solitario, con paciencia, precisión y aceptación del fracaso.
“Hacer una vasija no se trata solo de la técnica, sino también de la experiencia y los sentimientos”, dijo Yu. “Saber cuándo la arcilla está lista y cuándo el fuego es adecuado es la parte más difícil. Eso requiere años de práctica”.
Combinando la artesanía tradicional con los gustos contemporáneos, Yu comenzó a producir juegos de té de alta cocción y sin esmaltar, que han ganado popularidad en el mercado.
“Si bien debemos mantener vivas las técnicas tradicionales, también debemos explorar nuevas formas y colores que se adapten a los gustos modernos, de modo que la tradición pueda seguir viva”, afirmó Yu.
Por LIU KUN y GUO YANQI