El 28 y 29 de junio de 1954, China emitió dos declaraciones conjuntas con India y Myanmar, respectivamente, confirmando su compromiso con los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica.
Los principios chinos que moldean las relaciones internacionales
Los Cinco Principios de Coexistencia Pacífica han dado frutos por 70 años
Un año antes, el entonces primer ministro chino, Zhou Enlai, había sintetizado las tradiciones chinas de “la paz es lo más preciado”, “armonía sin uniformidad” y “amor universal y no agresión” y propuso los principios de “respeto mutuo por la soberanía y la integridad territorial, no agresión mutua, no interferencia mutua en los asuntos internos de otros países, igualdad y beneficio mutuo, y coexistencia pacífica”.
El entonces primer ministro indio, Jawaharlal Nehru, declaró: “Si estos principios fueran reconocidos en las relaciones mutuas de todos los países, en efecto, difícilmente habría conflictos y, ciertamente, no habría guerra”.
En los últimos 70 años, los cinco principios han florecido y se han convertido en la norma básica que rige las relaciones internacionales, aunque no todos los países los han implementado fielmente. La propia China ha definido, desarrollado y observado plenamente los principios; ha inyectado esperanza constante en la búsqueda mundial de equidad soberana, desarrollo y seguridad común, imparcialidad y justicia.
Los principios están bien arraigados en el derecho internacional porque representan los valores de soberanía, justicia, democracia y estado de derecho, alejándose de la mentalidad divisionista de alianzas en bloque, evitando la lógica de confrontación en la que unos pierden y otros ganan y fomentando la cooperación en la que todos ganan.
En la Conferencia de Bandung de 1955, los países en desarrollo incorporaron los cinco principios a los Diez Principios de Bandung del movimiento de países no alineados y, de esta manera, guiaron al Sur Global hacia el camino de la independencia soberana, equidad y desarrollo común, lejos de la mentalidad de intimidación y confrontación entre bloques.
A lo largo de las décadas, China ha mantenido su compromiso con los principios, ha adherido a ellos y los ha convertido en la piedra angular de su política exterior. Ha hecho hincapié en estos principios en múltiples ocasiones y en distintos foros nacionales, regionales y globales.
China no utiliza estos principios a modo de retórica, sino que ha tomado acción práctica para crear el camino de convivencia pacífica. Durante las siete décadas, China nunca ha intimidado a ningún país, sino que solo ha interactuado respetuosamente con otras naciones, en función del concepto de igualdad soberana.
China siempre aboga por resolver disputas a través del diálogo. Además, está construyendo asociaciones con países mediante la adhesión al principio de no interferencia. Por ejemplo, China ha estado colaborando con países del Medio Oriente durante décadas, pero ha mantenido una postura de no tomar partido en los conflictos regionales ni interferir en sus modelos económicos o gubernamentales.
Es relevante destacar aquí que durante la transición de una potencia media a una gran potencia, la determinación de China de adherirse a los cinco principios se ha fortalecido aún más.
En el conflicto palestino-israelí, China ha promovido el cese al fuego y el diálogo durante mucho tiempo. En su discurso en la cumbre de los BRICS de noviembre de 2023, el presidente chino, Xi Jinping, destacó tres puntos clave. Primero, todas las partes deben cesar el fuego y liberar a los rehenes; segundo, es fundamental garantizar los canales de asistencia humanitaria; tercero, las medidas internacionales deben contribuir a prevenir la escalada del conflicto en el Medio Oriente. El 6 de mayo, durante su intervención en París, Xi abogó por el respaldo a Palestina para su ingreso como miembro oficial de las Naciones Unidas, el restablecimiento de las conversaciones sobre una solución de dos Estados y la protección de los derechos nacionales e internacionales del pueblo palestino.
China está aplicando una fórmula idéntica hacia una resolución del conflicto entre Rusia y Ucrania. El plan de paz propuesto por China es integral y abarca todas las áreas pertinentes. Insta a ambas partes a respetar la soberanía mutua y a trabajar por el bienestar de los pueblos, y enfatiza en la creación de un marco de seguridad, que sea representativo de las necesidades de todas la partes involucradas.
Estos ejemplos demuestran que China ha sido un socio confiable y un contribuyente positivo en los esfuerzos por crear un mundo pacífico mediante la resolución de problemas a través del diálogo.


