Koh King Kee, presidente del Centro para una Nueva Asia Inclusiva, un grupo de expertos en la capital de Malasia, Kuala Lumpur, está de acuerdo con que China es ahora el país con la gran visión. “Dice que todos somos parte de la aldea global y que ninguna civilización es superior a otra. Cree que la diversidad es la base de la coexistencia pacífica. China prevé un orden mundial que sea razonable, equitativo y justo, construido sobre el espíritu de apertura, inclusión y respeto mutuo”.
En su discurso ante el Foro Económico Mundial, Xi defendió enérgicamente el multilateralismo. “El multilateralismo se trata de que los asuntos internacionales se aborden a través de consultas y el futuro del mundo sea decidido por todos trabajando de forma conjunta”, sostuvo. “Aquellos que crean pequeños círculos excluyentes, provocan la supuesta nueva guerra fría, excluyen, amenazan o intimidan a los demás, e incluso acuden arbitrariamente al desacoplamiento, al corte de suministros y a las sanciones en aras de separación y aislamiento artificiales, solo traen al mundo la división y la confrontación”.
Xi dejó en claro en su discurso ante el Foro Económico Mundial la importancia de dar prioridad a las necesidades del sur global. “En la actualidad, la desigualdad sigue aumentando, la brecha norte-sur aún no se ha cerrado y el desarrollo sostenible encara severos desafíos. A medida que los países se enfrentan a la pandemia, su recuperación económica sigue trayectorias divergentes, y la brecha entre el norte y el sur corre el riesgo de ampliarse aún más e incluso de perpetuarse”.
A diferencia de muchos países occidentales ricos, China ha puesto sus vacunas a disposición del mundo en desarrollo incluso antes de suministrarlas a sus propios ciudadanos, reconociendo la mayor necesidad del otro. Así, China suministró vacunas a muchos países africanos y a América Latina, el sudeste asiático y países de Europa central y oriental, algunos de los cuales son miembros de la UE. También ha contenido el virus dentro de sus propias fronteras.
Koh, del Centro para una Nueva Asia Inclusiva, señaló que China había liderado el camino al suscribirse a COVAX, un mecanismo internacional que busca dar acceso equitativo a la vacuna contra el COVID-19 dirigido por la Organización Mundial de la Salud, desde el comienzo en octubre. “Al priorizar la entrega de vacunas a los países en desarrollo, China defiende su visión mundial de que la humanidad es una comunidad con un futuro compartido. El coronavirus es un enemigo común de la humanidad. Nadie está a salvo hasta que todos lo estén”.
Wang Huiyao, presidente y fundador del Centro para China y la Globalización, señaló: “China comprende el panorama general. No está agobiada por la ideología y cree que se puede ganar mucho más con una mayor cooperación internacional”.