“Lo que sabemos de los delfines blancos se basa en años de observación”, señaló.
A lo largo de las orillas de la bahía de Sanniang viven los aldeanos que han dependido de la pesca generación tras generación. Hace 20 años, los lugareños le contaron al padre de Pan Yue, Pan Wenshi, sobre la presencia de un delfín blanco en el área.
Pan Wenshi, biólogo y profesor de la Facultad de Ciencias de la Vida de la Universidad de Pekín, se ha dedicado a conservar fauna valiosa como pandas gigantes y langures de cabeza blanca, desde la década de 1980.
Con la guía de los aldeanos, observó a los delfines blancos en la bahía de Sanniang. En 2005, se mudó permanentemente a la zona con su familia para proteger a estos animales.
A medida que los aldeanos de la bahía de Sanniang aprenden más sobre los delfines blancos, han desarrollado un mayor afecto por estos animales, sus vecinos de toda la vida.
Durante las últimas dos décadas, el gobierno de Qinzhou ha designado a los delfines blancos como una especie emblemática para la protección ecológica, abogando por una política de “coexistencia segura de los delfines blancos con la industria”. Este enfoque garantiza la protección del hábitat de los delfines a pesar del desarrollo urbano.
Según Pan Yue, la cantidad de delfines blancos en la bahía ha aumentado de menos de 100 en 2005 a más de 300, y hay una cantidad suficiente de delfines hembra en edad fértil.
“Cada año, nacen y sobreviven entre tres y ocho crías de delfín. De esta manera, crean una población natural saludable capaz de reproducirse por generaciones”, afirmó.