Sus vínculos con China se han forjado a través de una extensa investigación, incluida una temporada en el norte de China cuando tenía veintitantos años. También ha realizado más de 35 visitas al país.
Marcos aprovechó su profundo conocimiento de las relaciones chino-argentinas para escribir un libro titulado Argentina-China: bases para una integración.
“La relación entre ambos países comenzó a intensificarse a principios de la década de 2000. Desde entonces, la base de la relación se ha construido sobre acuerdos comerciales y financieros, así como sobre cooperación en energía, tecnología y educación”, señaló.
Espera mayores flujos de comercio e inversión durante la próxima década, lo que podría mejorar la base tecnológica de Argentina. Estima que China seguirá invirtiendo en proyectos de infraestructura como ferrocarriles, minería y energía en el país latinoamericano. Además, prevé que la relación se extenderá mucho más allá de la infraestructura. Por ejemplo, el enorme potencial de ahorro interno y de inversión de China podría ayudar a financiar nuevos emprendimientos de Argentina.
“Estos fondos podrían financiar la expansión global de las compañías emergentes argentinas. Esto presenta una oportunidad sin precedentes para aprovechar el potencial de la nueva economía, que se centra en la innovación. Una mayor y mejor cooperación en tecnología es el futuro”, sostuvo Marcos.
Cree que la relación entre China y Argentina está en una senda de crecimiento a largo plazo. “La complementariedad estructural y la afinidad entre los pueblos (de ambas naciones) sugieren una cooperación a largo plazo”.
En Argentina, China encuentra una fuente importante y confiable de recursos naturales, energía y productos agrícolas. Después de Brasil, China ya es el segundo destino más importante de las exportaciones argentinas. En los últimos tres años, el comercio bilateral superó los u$s 16.000 millones anuales, según cifras del Gobierno argentino. La soja y la carne vacuna se encuentran entre sus principales productos exportados.
En el frente socioeconómico, ve relaciones favorables entre la gente, las instituciones y las empresas de Argentina y China. “Para Argentina, la relación con China ha sido invaluable, especialmente para ayudar a evitar que la inflación se convierta en hiperinflación”, indicó Marcos. En vista de que Argentina enfrenta enormes deudas, China se ha convertido en una fuente importante y confiable de financiamiento en los últimos años.
“Gracias a los acuerdos financieros con China, Argentina pudo acceder a moneda extranjera en momentos en que los mercados crediticios internacionales estaban completamente cerrados”, señaló. “Además, China suministró constantemente bienes intermedios y finales esenciales para la economía, y sus bajos precios ayudaron a contener la creciente inflación en Argentina”, agregó.
Marcos también destacó las relaciones más profundas y directas entre algunas provincias del norte de Argentina, como Jujuy y Salta, y el país asiático, que están impulsadas por las inversiones chinas en litio y energía renovable.
Los vastos recursos de litio de Argentina pueden ser fundamentales para las industrias automotriz y tecnológica de China, especialmente el sector de baterías eléctricas. En 2023, más del 40% de las exportaciones de litio de Argentina se destinaron a China.
Entre 2020 y 2023, las compañías chinas invirtieron u$s 3200 millones en proyectos mineros en Argentina, incluidos siete proyectos de litio. Entre los proyectos financiados por China se encuentran el Parque Solar Cauchari en Jujuy, uno de los más grandes de América Latina, y el Parque Solar Cafayate en Salta.
Se espera que la “complementariedad histórica” entre los recursos naturales de Argentina y el financiamiento de China evolucione, sostuvo Marcos. Sin embargo, dijo que el cambio de China hacia una “nueva economía” requerirá que ambas naciones diversifiquen sus interacciones económicas más allá del comercio tradicional y presenten una nueva oportunidad para impulsar los lazos bilaterales.
La autora es periodista independiente de China Daily.