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Yésica Marcos inició en San Martín una nueva etapa respecto al pugilismo: enseñando a boxear en el polideportivo Gustavo Torito Rodríguez, por un bajo sueldo, que apenas la sostiene y no puede cubrir sus necesidades de vivienda.
Yésica Marcos, según un convenio firmado con la UMDAA (Unión Mutual Deportiva y Artística de Argentina) tenía programado su regreso a la actividad boxística, y el próximo 23 de abril iba atener actividad, en una velada la que iba a participar el boxeador peso pesado Gonzalo El Patón Basile, en el ámbito de la Universal Boxing Association. Luego de la noticia de la internación, quedó suspendida su participación -exhibición o pelea-, hasta determinarse las causas de la dolencia.
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En marzo pasado Yésica firmó un convenio con la Unión Mutual Deportiva y Artística de Argentina (UMDAA) para continuar boxeando en la órbita de la UBA.
La mencionada mutual UMDAA se acercó a Marcos y le ofreció ayuda económica y la posibilidad de continuar su carrera deportiva, por lo que estaba entrenando enfocada en volver a combatir profesionalmente. Previamente la sanmartiniana había firmado un contrato que la ligaba a la promotora Arano Box, pero esta no logró que retornara a los rings y se cayó el convenio.
Yésica está pasando un mal momento económico, debido a la falta de actividad, y se había disparado una alarma entre la gente que tanto la aprecia por su historia de vida y lucha. Desde distintos sectores se estaba trabajando para ayudarla, entre ellos la Municipalidad de San Martín, que gestiona asegurarle una vivienda y una salida laboral. La idea es armar un gimnasio, que tenga dependencias para alojarla.
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Yésica Marcos en el momento que firmó un convenio con el periodista Roberto Suarez, quien le cedió todas las regalías del libro biográfico Cicatrices de la vida.
El Círculo de Periodistas Deportivos de Mendoza encabezó gestiones para apoyar a quien es símbolo de lucha y progreso, y el periodista Roberto Suarez donó las regalías de la biografía de su autoría sobre Yésica, libro titulado Cicatrices de la vida (Ediciones Culturales Mendoza) que fue presentado el 11 de marzo en San Martín.
Yésica tiene 36 años -nació el 5 de marzo de 1986- y comenzó su carrera profesional el 5 de agosto del 2008, luego de una prolífera etapa amateur, que la tuvo como campeona argentina supergallo en el año 2007. En el campo rentado ha realizado 32 combates, 28 de ellos ganados y 9 antes del límite; dos derrotas, y 2 empates. Fue doble campeona mundial supergallo, ya que ostentó las corona de la Asociación Mundial (AMBA) y la Organización Mundial de Boxeo (OMB).
El año 2014 fue el último de mucha actividad y defensa de sus títulos, y luego decayó, hasta tener una sola pelea en 2015, organizada con mucho esfuerzo por su mentor Cristian Etem en el estadio Pascual Pérez de nuestra capital, por lo que decidió continuar su carrera en Chile, en el gimnasio de la, por entonces, campeona mundial Carolina La Crespita Rodríguez.
Falta de actividad y emigración
En esta etapa trasandina, Yésica le dio revancha a la leyenda del pugilismo femenino argentino, Marcela La Tigresa Acuña, tras el controversial empate por puntos, en fallo mayoritario, que le permitió de local a la mendocina retener sus coronas el 25 de enero del 2013. Se enfrentaron en Buenos Aires el 16 de diciembre de 2016, y allí Marcos sufrió la primera derrota de su carrera, tras un contundente nocaut en el último asalto.
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Yésica Marcos convivía con 12 perros y dos gatos, pero luego se desprendió de ellos y ahora comparte su precaria vivienda con unas pocas mascotas, a las que adora y considera "su compañía".
Luego habría una chance internacional en el extranjero, donde fue desfavorecida por un fallo localista el 2 de noviembre de 2018 frente a la francesa Segolene Lefebvre, por el título que poseía la local en la entidad de segundo orden, Federación Mundial de Boxeo (FMB), no reconocida por la Federación Argentina de Box (FAB).
Yésica intentaría sobrevivir en Chile dando clases de boxeo, actividad que no pudo evitar que fuera cayendo en una dramática situación económica. Luego retornaría a país en febrero del 2019, siendo tentada para trabajar en San Luis, aunque ahí no cambió mucho su situación, continuando inactiva boxísticamente, por lo que se inició entre sus allegados una especia de "repatriación" a San Martín.
En febrero del 2021 se concretó el regreso de Yésica a San Martín, apoyada por su padrino Etem, que gestionó un trabajo para ella. La pugilista comenzó a dar clases de boxeo en el gimnasio anexo al estadio Torito Rodríguez, pero viviendo precariamente en una vivienda improvisada y rodeada de sus mascotas, más de 10 perros.