Al consultarle sobre que la práctica más allá de ser ambulatoria, debe tener cuidados anteriores y posteriores, indicó que “esto es ambulatorio porque se puede realizar en un consultorio. En general se hace como si fuera un hospital de día, se ingresa, se interna, se hace una historia clínica, se evalúan los factores de riesgo, hace falta una analítica previa, un hemograma, ver cómo está el azúcar, y esto es para evaluar sobre la seguridad de la práctica”.
El doctor Alonso también indicó en diálogo con Radio Nihuil, que “no podemos operar a ciegas sino se evalúa previamente a la persona. Es ambulatoria en el sentido de que generalmente implica unos 30 o 40 minutos de cirugía. Se hace con anestesia local y esa es la diferencia con la ligadura de trompas. Si una mujer quiere acceder a este tipo de práctica hay que internarla, con anestesia general, hace falta un equipo completo de profesionales, es decir cirujano, ayudante de cirugía, instrumentista, jefa de quirófano. Es mucha más la estructura en recurso humano y físico para poder ligar a una mujer versus un varón”.
“En los hospitales públicos, esta cirugía es sin cargo desde 2006 por la ley 26.130. Es una ley de anticoncepción quirúrgica que rige a nivel nacional. Es gratuita para toda la población, la persona que no tiene seguro social lo hace a través del ministerio y el que tenga cobertura de salud lo hace a través de una prepaga u obra social que reconoce la operación” “En los hospitales públicos, esta cirugía es sin cargo desde 2006 por la ley 26.130. Es una ley de anticoncepción quirúrgica que rige a nivel nacional. Es gratuita para toda la población, la persona que no tiene seguro social lo hace a través del ministerio y el que tenga cobertura de salud lo hace a través de una prepaga u obra social que reconoce la operación”
Al explicar la modalidad para realizarse la cirugía, dijo que “por empezar el paciente debe empezar por el médico de cabecera para recibir un asesoramiento sobre la decisión de hacerlo o no. Hay que estar seguro porque es una práctica permanente, definitiva, en la que uno debe estar seguro de no querer tener más hijos”.
Sostuvo que “la ley dice que las personas adultas deben tomar esta decisión. Si un joven de 16 años tiene un proyecto de vida de no tener hijos, puede acceder a hacérsela con 16 años. Pongo esta situación extrema para que cuando aparezca el caso del varón de 22 años, de 25 años, que es joven, y dice que 'tengo dos hijos, tres hijos y no quiero más', no pongamos una barrera de sos joven y te podés arrepentir. Hace falta el asesoramiento”.
Comentó además que “en ese asesoramiento se les pide la firma de un consentimiento informado de la persona que va a acceder a la práctica, lo cual desliga de responsabilidad a los intervinientes del equipo de salud. Los cuidados posteriores son menores: esto implica lesionar la piel y trae alguna molestia. Si uno se lastima la piel de un dedo por ejemplo, al movilizar el dedo va a traer alguna molestia”.
Y resaltó: “Acá pasa lo mismo, al moverse, al movilizarse puede generar alguna molestia durante algunos días, pero el algo leve. A los 90 días, sí puede hacerse un espermograma y allí confirmar que la cirugía ha sido totalmente exitosa. Desde 2016 a la fecha se la han realizado 131 personas, pero sabemos que son más porque tenemos un subregistro. Y se puede realizar en los hospitales Lagomaggiore, Paroissien de Maipú, en el Central, Scaravelli de Tunuyán, en el Perrupatto de San Martín y en el Schestakow de San Rafael”.