El asombroso descubrimiento se produjo durante las obras de construcción de una vía férrea de alta velocidad en Gerstaberg, un pequeño caserío al suroeste de Estocolmo. Expertos del grupo sueco Arkeologerna hicieron público el hallazgo de un esqueleto completo de perro enterrado junto a un puñal de hueso.
Un perro y un puñal: intrigante descubrimiento en una antigua tumba sueca
El descubrimiento data de hace 5.000 años y sugiere un posible acto ritual de la Edad de Piedra que involucraba a un perro
Se cree que estos restos tienen una antigüedad de 5.000 años y ofrecen una visión única sobre las prácticas de la Edad de Hierro en la región. Hace cinco milenios, el área pantanosa donde se realizó la excavación era en realidad un lago cristalino. Además de los restos de animales y objetos, se encontraron vestigios de un antiguo muelle, estructuras de ramas entrelazadas y una canasta de pesca.
Un descubrimiento particular
Encontrar un perro intacto de ese periodo ya resulta un evento raro, pero el hecho de que estuviera sepultado junto a un puñal de hueso es considerado casi único, según manifestaron los especialistas. El animal era un macho de entre tres y seis años, de contextura grande y poderosa, y medía aproximadamente 52 centímetros de alto.
Había sido colocado en una bolsa de cuero lastrada con piedras, lo que permitió que se hundiera hasta una profundidad de 1.5 metros. El uso de perros en actos rituales durante este periodo es un fenómeno conocido, lo que añade peso a la teoría de un entierro ceremonial.
El puñal se encontraba directamente al lado del esqueleto del perro. Estaba bien conservado y medía 25 centímetros de largo, fabricado con hueso de alce o de ciervo rojo. Los arqueólogos consideran que los puñales de este tipo eran objetos con una fuerte carga simbólica, y otros ejemplos similares se han encontrado en contextos de turberas y humedales de la Suecia de la Edad de Piedra.
El hecho de que el can y el puñal fueran depositados aparentemente al mismo tiempo en el lago sugiere que los pescadores prehistóricos que habitaban la zona hace 5.000 años realizaron algún tipo de acto ceremonial al enterrarlos.
El análisis futuro de ADN y la datación por carbono permitirán confirmar la antigüedad de los hallazgos y obtener más detalles sobre el animal y las personas que eran sus dueños. De esta manera, la historia de la vida del perro podría revelar información crucial sobre la forma de vida y la dieta de los antiguos pobladores de la tumba.






