Emotiva despedida

Un médico de 53 años sufrió un infarto fulminante y murió mientras jugaba al fútbol con amigos

Danilo Zapata tenía 53 años, era padre de 4 hijos y traumatólogo. Formaba parte del equipo amateur Los Cuervos. Emocionado adiós de quienes lo conocieron

El último sábado 10 de mayo, en la cancha de FADEP, en Maipú, un partido de fútbol amateur terminó en tragedia. Danilo Zapata, de 53 años, se desplomó a los 20 minutos del primer tiempo tras sufrir un infarto fulminante. Jugaba como defensor para el equipo Los Cuervos Amigos Fútbol Club, un grupo de abogados y amigos que se formó en 1987 en la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Cuyo y que desde entonces se mantiene unido por la pasión por el fútbol.

Zapata, médico traumatólogo infantil del Hospital Notti y fanático de la Lepra, era parte del equipo desde hacía cinco años. Aunque no era de los fundadores, rápidamente se integró al grupo, al que aportó alegría, compañerismo y un entusiasmo contagioso. Jugaba de lateral izquierdo o marcador central, pero, sobre todo, dicen sus amigos, "jugaba con el alma".

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Danilo y la sonrisa de siempre. En la imagen, segundo desde la izquierda. Este sábado murió luego de un infarto en la cancha.

Danilo y la sonrisa de siempre. En la imagen, segundo desde la izquierda. Este sábado murió luego de un infarto en la cancha.

“Danilo era una persona feliz. En lo laboral, en lo familiar, en lo social. Un excelente padre, esposo e hijo. Siempre predispuesto, siempre alegre”, lo recuerda Antonio Carrizo, compañero de equipo y uno de los organizadores del grupo. “Nos cambió la vida esta tragedia. Ver a un amigo caer así, en el lugar que más amaba, fue un golpe muy duro”.

Los intentos de reanimación fueron inmediatos. En la cancha se le practicó RCP y rápidamente llegó una ambulancia. Pero nada se pudo hacer. Murió rodeado de sus compañeros, en el lugar donde cada sábado se juntaban a celebrar la amistad a través del fútbol.

Danilo era padre de Lucio, Pablo, Lucas y Bianca. Sus restos son velados hasta las 15 de este lunes en la empresa San Miguel de la calle Maipú de Ciudad.

Una vida dedicada a los demás y siempre ligado al fútbol

Danilo Zapata tenía una trayectoria reconocida como médico traumatólogo infantil. Se desempeñaba en el Hospital Notti y tenía un fuerte arraigo en la comunidad médica de Mendoza. Era padre de cuatro hijos —tres varones y una niña— y se destacaba por su calidez humana, tanto en lo profesional como en lo personal.

“Era de esos amigos que te enseñan hasta cómo preparar aceitunas”, dice Carrizo, todavía conmovido. “Siempre daba, siempre compartía. Le gustaba estar, sumar, colaborar. Dentro o fuera de la cancha, era una presencia luminosa”, lo recordó.

Los cuervos despiden a Danilo Zapata, de 53 años. Aquí, justo en el centro, abajo, rodeado de su equipo..jpg
Los cuervos despiden a su amigo (en la foto, justo en el centro, abajo). Lo velan en Ciudad hasta las 15.

Los cuervos despiden a su amigo (en la foto, justo en el centro, abajo). Lo velan en Ciudad hasta las 15.

Uno de los recuerdos más emotivos que guarda el equipo es el campeonato que ganaron juntos en diciembre de 2023. “Hacía más de 20 años que Danilo no salía campeón. Ese día estaba feliz, nos agradeció con palabras que hoy duelen, pero que también nos reconfortan: ‘Toni, te agradezco este campeonato. Me hiciste muy feliz’”, cuenta Carrizo, quien era el director técnico del equipo en ese momento.

Un legado que continuará en la cancha

Los Cuervos no son solo un equipo. Son una hermandad que ha venido superando el paso del tiempo, las distancias y ahora también una pérdida irreparable. “Danilo llegó al grupo y se volvió indispensable. Nos hacía reír, nos abrazaba, disfrutaba del famoso ‘tercer tiempo’ con la misma pasión que del partido”, recuerdan sus compañeros.

Hoy, asegura su amigo entrañable, el dolor es profundo, pero también el orgullo de haberlo tenido entre ellos. “Murió haciendo lo que amaba. Y nosotros vamos a seguir honrando su memoria en cada jugada, en cada encuentro, en cada abrazo después del partido”, definió Antonio.

“Danilo no se fue solo de una cancha. Se fue de la vida de todos nosotros, pero dejó una huella y un legado, además de miles de historias compartidas y el ejemplo de cómo vivir con alegría, entrega y amor por los demás”, concluyó.