Los intentos de reanimación fueron inmediatos. En la cancha se le practicó RCP y rápidamente llegó una ambulancia. Pero nada se pudo hacer. Murió rodeado de sus compañeros, en el lugar donde cada sábado se juntaban a celebrar la amistad a través del fútbol.
Danilo era padre de Lucio, Pablo, Lucas y Bianca. Sus restos son velados hasta las 15 de este lunes en la empresa San Miguel de la calle Maipú de Ciudad.
Una vida dedicada a los demás y siempre ligado al fútbol
Danilo Zapata tenía una trayectoria reconocida como médico traumatólogo infantil. Se desempeñaba en el Hospital Notti y tenía un fuerte arraigo en la comunidad médica de Mendoza. Era padre de cuatro hijos —tres varones y una niña— y se destacaba por su calidez humana, tanto en lo profesional como en lo personal.
“Era de esos amigos que te enseñan hasta cómo preparar aceitunas”, dice Carrizo, todavía conmovido. “Siempre daba, siempre compartía. Le gustaba estar, sumar, colaborar. Dentro o fuera de la cancha, era una presencia luminosa”, lo recordó.
Los cuervos despiden a Danilo Zapata, de 53 años. Aquí, justo en el centro, abajo, rodeado de su equipo..jpg
Los cuervos despiden a su amigo (en la foto, justo en el centro, abajo). Lo velan en Ciudad hasta las 15.
Gentileza
Uno de los recuerdos más emotivos que guarda el equipo es el campeonato que ganaron juntos en diciembre de 2023. “Hacía más de 20 años que Danilo no salía campeón. Ese día estaba feliz, nos agradeció con palabras que hoy duelen, pero que también nos reconfortan: ‘Toni, te agradezco este campeonato. Me hiciste muy feliz’”, cuenta Carrizo, quien era el director técnico del equipo en ese momento.
Un legado que continuará en la cancha
Los Cuervos no son solo un equipo. Son una hermandad que ha venido superando el paso del tiempo, las distancias y ahora también una pérdida irreparable. “Danilo llegó al grupo y se volvió indispensable. Nos hacía reír, nos abrazaba, disfrutaba del famoso ‘tercer tiempo’ con la misma pasión que del partido”, recuerdan sus compañeros.
Hoy, asegura su amigo entrañable, el dolor es profundo, pero también el orgullo de haberlo tenido entre ellos. “Murió haciendo lo que amaba. Y nosotros vamos a seguir honrando su memoria en cada jugada, en cada encuentro, en cada abrazo después del partido”, definió Antonio.
“Danilo no se fue solo de una cancha. Se fue de la vida de todos nosotros, pero dejó una huella y un legado, además de miles de historias compartidas y el ejemplo de cómo vivir con alegría, entrega y amor por los demás”, concluyó.