La investigación destacó que los padres mostraron una tendencia a favorecer a las hijas por encima de los hijos varones. Este trato diferencial se reflejó en aspectos como el tiempo compartido, las reglas establecidas y los recursos económicos destinados a cada hijo.
Los niños con mayor nivel de docilidad y responsabilidad recibieron un trato más favorable. Esta tendencia en el comportamiento parental podría explicarse por la mayor facilidad que encuentran los padres para manejar situaciones cotidianas con hijos que muestran mejor disposición a seguir instrucciones.
Las consecuencias de estas preferencias trascienden la infancia. Los datos revelaron que los hijos que reciben un trato más favorable desarrollan mejor salud mental, mayor éxito académico y relaciones familiares más saludables.
El impacto de la comprensión
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Este estudio revela por qué se pueden sentir desplazados algunos de los hijos.
Los expertos enfatizan la importancia de la comunicación familiar para mitigar los efectos negativos del trato diferencial. "Un estudio previo sugirió que si los niños entienden por qué reciben un trato diferente, entonces las diferencias pierden relevancia", indicó Jensen.
Los investigadores plantean la necesidad de ampliar el alcance de futuros estudios para incluir familias de diversas culturas y examinar cómo estas dinámicas de comportamiento evolucionan cuando los hijos alcanzan la edad adulta. Por ahora, los hallazgos se limitan a poblaciones predominantemente blancas de Norteamérica y Europa Occidental.
La transparencia en las razones detrás del trato diferencial permite que los hijos comprendan y acepten mejor estas situaciones. Por ejemplo, cuando un hermano menor requiere más ayuda con las tareas escolares, el hermano mayor puede sentirse desplazado hasta que entiende la justificación detrás de esta atención adicional.