"El padre Robert tenía su corazón en Perú, con su comunidad", destacó Ríos. Acerca de vivir en comunidad, dijo: "Él sabe cómo acompañar a su pueblo en las dificultades".
Julio Ríos puso énfasis en decir que "el padre Robert" es un religioso sencillo, humilde, buena persona y con una devoción muy grande por Chiclayo, el pueblo peruano del que fue guía espiritual. En este sentido, lo comparó con el papa Francisco, con el que compartió ese perfil de humildad y de hermandad con los más desfavorecidos.
Cuáles son las características de los agustinos como el nuevo papa León XIV
Tal y como lo describió Julio Ríos, los agustinos se destacan por valorar intensamente la vida en comunidad. "El párroco no es el único que trabaja, sino que es uno más de la comunidad a la que pertenece". En este sentido, destacó que Robert Prevost lo dijo cuando habló en la tarde de este jueves en la Plaza San Pedro. "Para ustedes soy obispo, pero con ustedes soy cristiano".
También mencionó que otra característica de los agustinos es que tienen una gran formación teológica y filosófica, legado de San Agustín -el padre de la orden- y que su impronta religiosa es un equilibrio entre la fe y la razón".
En la misma jornada, Ríos subrayó la continuidad de León XIV con la línea de Francisco: "Sin duda, marca una tendencia del Espíritu Santo en la Iglesia de volver a las fuentes. Esto es: una iglesia pobre para los pobres, como decía Francisco; pero no es un invento del papa, es un pedido clamoroso del Concilio Vaticano II para acá. Hace más de 40 años que vivimos esta renovación, y creo que en el padre Robert está asegurada", contó el sacerdote al periodista Javier Dellamaggiore y su equipo durante el programa "Hora Libre" (radio Nihuil).
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El emocionante momento de la fumata blanca, cuando Robert Prevost fue elegido como el nuevo papa León XIV
La experiencia de un sacerdote mendocino durante la fumata blanca en San Pedro
El sacerdote mendocino Claudio Casorati vive en Roma y fue testigo directo de la elección de León XIV, el sucesor del Papa Francisco. Describió cómo se vivió en la Plaza San Pedro la histórica jornada de la fumata blanca y el desconcierto inicial ante un nombre inesperado: Robert Prevost.
Casoratti contó que tras varias fumatas negras, la ansiedad crecía en el Vaticano. “Cuando se vio el humo blanco, algunos religiosos llegaron corriendo, otros se quedaron en la Vía de la Conciliación. Todos querían estar ahí”, relató. Y destacó cómo el clima soleado de la primavera pareció acompañar la jornada como un signo de esperanza.
Relató, además, que los italianos esperaban un papa compatriota, contó Casoratti, quien convive con sacerdotes locales que tenían sus candidatos favoritos. Pero Robert Prevost no figuraba entre ellos. “Se hizo un silencio en la plaza, pero luego todos comenzaron a aplaudir. A él se lo vio conmovido. Me conmovió también saber que había escrito a mano sus primeras palabras mientras esperaba salir al balcón”, expresó el sacerdote.