Sergio Ríos (37) nació en Godoy Cruz pero acaba de salir a toda velocidad de Teherán, la capital Iraní, en medio de un conflicto con Israel que escaló en los últimos días y que amenaza con agravarse entre bombardeos y misiles.
Sergio Ríos (37) nació en Godoy Cruz pero acaba de salir a toda velocidad de Teherán, la capital Iraní, en medio de un conflicto con Israel que escaló en los últimos días y que amenaza con agravarse entre bombardeos y misiles.
Si bien hace 15 años que vive en Dinamarca -donde estudió ingeniería marítima- había viajado a territorio iraní porque trabaja en una empresa que fabrica tostaderos de café industriales. El martes, a las 3 de la madrugada, recibió el llamado del cónsul argentino en Teherán, quien le dijo que tenían que irse inmediatamente. Fue la primera secuencia que el entrevistado compartió durante una interesante conversación con el equipo del programa "Hora Libre", de radio Nihuil.
"Habíamos hablado antes y el cónsul ya tenía todo preparado -relató Ríos-. Salimos con lo esencial, por vía terrestre, con riesgo de que hubiera muchos estancamientos en la ruta de salida de la ciudad, dado que 14 millones de personas habían intentado irse todas juntas el domingo en la noche y muchos quedaron varados. Eso hizo que quedara afectado el reabastecimiento de gasolina... estaba muy complicado", relató Ríos.
La comitiva de argentinos avanzó a toda velocidad hasta Azerbaiyán, cruzando la frontera norte del país persa. "La mayoría iba a Armenia o a Turquía; pero estaba colapsado todo, así que decidimos pedir visa de Azerbaiyán".
Sergio aseguró que había pocos compatriotas registrados en Irán. "Salió una chica con nosotros que trabaja en Naciones Unidas, pero no había otros argentinos registrados, según supe; así que fuimos básicamente nosotros", confirmó.
"Antes de llegar al control de aduana, nos paró la inteligencia iraní porque íbamos a alta velocidad, pero en vehículos consulares, con balizas tipo policía. Entonces después de sacarnos una foto, entre ametralladoras y todo, nos confirmaron que estaba todo bien. Al otro lado de la frontera nos estaban esperando los encargados consulares del país de Azerbaiyán, así que hicimos el traspaso ahí y condujimos otros 300 kilómetros hasta llegar a Bakú, la capital azerí", recordó.
Más allá de lo que se promete desde uno u otro bando, hace mucho que los conflictos en Medio Oriente causan estragos entre la población civil. Recientemente, Diario UNO mostró las peripecias de mendocinos que residen en Israel, con la protección que buscan en los búnkers y las estrategias para mantener cierta normalidad en medio de los misiles que llegan desde Irán. Y lo que está ocurriendo entre los iraníes no parece la excepción, porque Ríos contó que la gente común y corriente también siente miedo.
"Cuando comenzó todo esto, que fue viernes a la madrugada, yo estaba a una hora de Teherán, en una planta de café; y básicamente me enteré de lo que estaba pasando por mensajes de mi familia desde Argentina. Trabajé normalmente ese día, por la tarde cancelé todos los viajes que tenía posteriores a Teherán: Shiraz, Isfahan, y luego iba a ir a Irak. El viernes volví a Teherán, y ese mismo día comenzó a escucharse la artillería antiaérea bloqueando el fuego que llegaba desde Israel".
Ríos contó que los iraníes preveían que esto podía ocurrir. "Sabían que iba a pasar en cualquier momento, entonces hay muchas bromas en el día a día sobre temas de artillería, de misiles. Culturalmente, lo tenían medio preparado, digamos, aunque sí noté el miedo real de ellos cuando se notó que la cosa iba pasando a mayores. En ese momento incluso fue cuando decidimos comprar más comida y movernos fuera de Teherán, si bien esperamos porque en un primer momento estaban saliendo todos al mismo tiempo y previmos que iba a haber estancamiento en el tráfico, como pasó".
Sergio se despidió desde Lyon (Francia), ya más cerca de su hija de 13 años y con planes de recuperar, en las próximas horas, algo de su rutina diaria.