El agua se la provee un vecino solidario que vive cerca. “Sin embargo, tampoco sale con mucha presión. Nos conformamos con eso, a cuentagotas”, señaló. De todos modos, es más que lo que sufre en su casa, donde ni siquiera sale una gota.
Intentar bañarse y cocinar cuando no sale agua es una odisea
Refrescarse, explicó Nicolás, sería un lujo. “Bañarse y cocinar es una odisea”, se quejó.
Nicolás, que trabaja en una fábrica de muebles, dijo sentirse molesto porque los reclamos jamás llegan a buen puerto. “Me cansé y compré la manguera porque no puedo ir y venir tantas veces al día con baldes y botellas”, insistió.
“No sale una gota. La situación no cambia”, reiteró.
La familia reside en el barrio La Estación, y otros tantos vecinos atraviesan la misma circunstancia. Además, el agua que tienen no es la potabilizada, sino de pozo.
“Somos muchos los vecinos que pasamos por esto, 40 o 50 familias que no damos más con semejante escasez”, expresó.