A la hora de hacer efectiva la limpieza en casa, la escoba es uno de los elementos más utilizados y populares, y lo será mucho más cuando quienes la usen se enteren de que pueden usar diferentes elementos caseros para potenciar su efecto.
En este sentido, uno de los ingredientes es el limón, a menudo utilizado en el mundo de la limpieza por sus beneficiosas propiedades.
Por qué rociar las cerdas de la escoba con limón
Con el uso constante, las cerdas de la escoba tienden a endurecerse y acumular polvo difícil de quitar, disminuyendo su efectividad en la limpieza.
El ácido del limón ayuda a suavizar las fibras, permitiendo que recuperen su flexibilidad original y barran de manera más eficiente. Además, las propiedades antibacterianas y antisépticas del limón hacen que la limpieza sea más efectiva por esos motivos:
- Elimina bacterias y ácaros que se acumulan entre las cerdas tras limpiar diferentes áreas del hogar.
- Neutraliza malos olores, dejando un aroma fresco en la escoba y, por extensión, en los suelos mientras se barre.
Como puedes ver, el limón actúa como un desinfectante suave que llega a rincones y grietas del suelo que son difíciles de alcanzar con otros utensilios, ayudando a desprender grasa o suciedad pegada mientras se utiliza la escoba.
Antes de aplicar el limón, es aconsejable quitar manualmente el exceso de pelusas y polvo de la escoba. Una vez rociada, algunos métodos sugieren dejarla secar boca abajo para asegurar que las cerdas mantengan su forma.
Cada cuánto tiempo se debe cambiar la escoba en casa
Si bien no existe una regla como respuesta a la pregunta anteriormente mencionada, lo cierto es que la escoba tiene que cambiarse, por lo general, cada seis meses o un año.
El tiempo de cambio de un elemento de limpieza siempre dependerá de la frecuencia de uso y del tipo de superficies que utilices al barrer. Justamente, limpiar las cerdeas de, en este caso, la escoba, ayudará a prolongar su vida útil.





