Embed - Alejandra, la mujer que no tenía un peso y la solidaridad le dio una sorpresa
Matías estaba transmitiendo en vivo un concurso de José de San Martín cuando la vio. Algo en su rostro lo alertó. "Se notaba que no estaba bien. Me acerqué, le pregunté cómo estaba y ahí comenzó a contar su historia”, recuerda el periodista.
Lo que parecía una charla breve se transformó en un testimonio crudo y sincero: Alejandra, con lágrimas en los ojos, relató que la estaban por desalojar porque no podía afrontar el nuevo monto del alquiler, que había tenido que elegir entre pagar la luz o la casa, y que sobrevivía combinando changas de limpieza con los repartos de Pedidos Ya.
Una historia que conmovió al aire en radio Nihuil
En pocos minutos, la voz quebrada de Alejandra se expandió a través de la radio. Los oyentes escuchaban conmovidos cómo esta mujer luchaba por sostenerse a pesar de todo. Fue entonces cuando Pascualetti tomó una decisión: difundió su alias de Mercado Pago: Ale.eli.mi.mo.
Lo que pasó después todavía la deja sin palabras. "La última vez que miré cuánto había recaudado, no lo podía creer: tenía un millón y medio en mi cuenta”, cuenta a Diario UNO Alejandra, entre sollozos.
"Todo es gracias a la audiencia de Radio Nihuil y a Matías, que se me acercó y me escuchó. Yo estaba perdiendo un poco la fe, pero gracias Mendoza, gracias de corazón”, expresó emocionada.
Matías recuerda la escena con la misma sorpresa que la protagonista: "En un ratito ya tenía $250.000. Después seguían entrando transferencias, era increíble. La gente se solidarizó enseguida, como si todos hubieran sentido que Alejandra podía ser su madre, su hermana o su vecina”.
Matías Pascualetti se prepara para el magazine de El Siete "Gise y Vos" con Gisela Campos
Matías Pascualetti, el movilero de Radio Nihuil que contó la conmovedora historia de Alejandra.
Foto: Nicolás Rios /Diario UNO
La esperanza recuperada y el poder de la radio
Alejandra, que cumplirá 60 en marzo del 2026, dice que este gesto le cambió la vida. "Puedo respirar, tranquilizarme, pensar. Puedo sacar adelante a mi hijo más chico, que tiene 17 años y es lo mejor que me ha pasado en la vida. Es mi regalo para la vejez”, asegura.
Su hijo adolescente estudia en la Escuela Técnica San José y, aunque quiso trabajar para ayudar, ella se lo prohibió. "Le dije que no, que tiene que estudiar. Él no fuma, no toma, no sale, no me complica. Es un sol. Yo trabajo tranquila porque sé que él está enfocado en sus estudios”, explica con orgullo.
La mujer no se victimiza ni culpa a nadie. "Toda mi vida fue así, de lucha. Pero ahora estoy mucho mejor. He recuperado algo que no sé cómo llamarlo, porque la fe y la esperanza nunca las había perdido del todo, pero estaba decepcionada de mí misma por no haber hecho las cosas de otra manera. Hoy siento que puedo volver a empezar”, se ilusiona.
Radio Nihuil - Estudios centrales - micrófono - Al aire - AM 680 FM 98.9
Una vez más Radio Nihuil acercó a sus oyentes una historia de vida que muchos no olvidarán.
Foto: Nicolás Rios /Diario UNO
El valor de escuchar una historia de vida
Para Alejandra, el milagro comenzó con un gesto sencillo: alguien que se detuvo a mirarla y a preguntarle qué le pasaba. Por eso no deja de agradecerle al movilero. "Me gustaría volver a encontrarme con Matías y darle un abrazo. Él fue el único que se acercó. Yo estaba parada con la bicicleta, no estaba bien, y ahora camino por las nubes gracias a lo que hizo. Tiene todo mi respeto por el trabajo que hace”, destaca la mujer a modo de reconocimiento.
El periodista, por su parte, sostiene que el verdadero protagonista fue el pueblo mendocino. “Lo único que hice fue abrir el micrófono y dar el alias. El resto lo hizo la gente, que reaccionó con una solidaridad enorme”, remarca.
Un mensaje de gratitud
Alejandra hoy solo quiere dar las gracias. “No tengo manera de pagar lo que han hecho por mí. Muchísimas gracias a Mendoza, a la audiencia de la radio, a Matías, a vos, a todos. Que Dios los bendiga. Gracias de todo corazón”, repite una y otra vez.
Su historia, que comenzó con angustia y lágrimas, terminó convertida en un ejemplo de lo que la solidaridad puede lograr. En cuestión de minutos, una mujer que se sentía al borde del abismo descubrió que no estaba sola.
“Yo dije que la esperanza todavía no la había perdido. Y hoy puedo confirmarlo: siempre hay alguien dispuesto a tender una mano”, , reflexiona la protagonista de esta nueva historia de solidaridad.