La historia de María Valeria Martínez Benegas es un ejemplo de superación, de no claudicar jamás, de continuar ante las adversidades y de no bajar nunca los brazos, sobre todo si esa adversidad es haber perdido la vista a los 26 años. En la actualidad Valeria tiene 40 años y está en la recta final de Licenciatura en Trabajo Social de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNCuyo, y le quedan siete materias para recibirse.

Durante la semana fue distinguida por la rectoría, junto a otros 13 estudiantes de diferentes facultades, por su dedicación para avanzar en los estudios y alcanzar el títulos ante situaciones adversas. Valeria recibió la distinción "María Elisa Norton" que destaca a estudiantes de la Universidad que en condiciones especiales hacen un esfuerzo importante para llegar a la meta.

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"Me quedan siete materias para recibirme. El reconocimiento que me hicieron fue sorpresivo porque uno no estudia esperando un reconocimiento así, mucho menos en esta sociedad tan meritocrática además me he demorado más de lo normal. Pero fue interesante y lindo que nos reconocieran el esfuerzo", sostuvo la estudiante avanzada de Trabajo Social sobre la distinción que le dieron.

Valeria relató cómo hace para estudiar; "Tenemos un programa que es un lector de pantalla que no lee todo en la computadora además en Trabajo Social muchos de los textos están digitalizados".

"Nací prematura y con problemas en la vista pero veía con el ojo derecho, después tuve un desprendimiento de retina y una catarata a los 26 años, hasta esa edad vi con un ojo, empecé la carrera viendo, después la dejé porque quedé ciega y me preguntaba; '¿cómo iba hacer?' para estudiar" "Nací prematura y con problemas en la vista pero veía con el ojo derecho, después tuve un desprendimiento de retina y una catarata a los 26 años, hasta esa edad vi con un ojo, empecé la carrera viendo, después la dejé porque quedé ciega y me preguntaba; '¿cómo iba hacer?' para estudiar"

María Valeria Martínez Benegas, estudiante de Trabajo Social.

Luego de haberse quedado ciega decidió cambiarse de carrera pero no le gustó y volvió a Trabajo Social, cuando estuvo a punto de abandonar. "Me cambié a Sociología pero no me gustó porque el sociólogo investiga los fenómenos sociales y a mi me gusta más el hacer y dejé. El referente de la facultad me dijo que volviera a Trabajo Social y volví y ahora llegué a quinto", sostuvo.

"El acompañamiento familiar tiene mucho que ver porque no hubiese podido conseguir nada, si no hubiese tenido el acompañamiento de mi papá en su momento y de mi mamá ahora. Mi papá me llevaba en auto", contó sobre cómo hace para llegar hasta la Facultad.

Y agregó: "Antes me iba sola a la facultad en colectivo porque me tomaba sólo un micro pero con la llegada del Mendotran ya no lo pude hacer porque sacaron ese recorrido y ahora para ir me tengo que tomar dos, hacer trasbordo y se me complica, no me animo".

Valeria no se olvida de quiénes día a día la ayudan con sus estudios y a la hora de los agradecimientos destacó: "Siempre hay que agradecer porque las cosas no las hace uno solo, le agradezco a mis padres y a todos mis compañeras que siempre me prestan los apuntes, los profesores y los referentes de discapacidad y la Universidad que nos han incluido".

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