La marca en forma de “M” se debe a un gen específico conocido como transmembrana aminopeptidasa Q (Taqpep). Este gen es el responsable de determinar el patrón del pelaje de los gatos, ya que influye en cómo se distribuyen los pigmentos en la piel y en el pelo.
Cuando el gen Taqpep se expresa de manera particular, provoca que en la frente del gato se formen líneas y remolinos que terminan dibujando la característica “M”. Es el mismo gen que determina si el atigrado tendrá un patrón de rayas (mackerel tabby), manchas (spotted tabby) o un diseño marmoleado (classic tabby).
Desde el punto de vista biológico, no se le atribuye una función específica a la letra “M”, más allá de ser parte del patrón de camuflaje y una consecuencia de la expresión genética.
Una marca que también alimenta las leyendas
gato atigrado (2)
Un pequeño gato atigrado se subió al pesebre, se acurrucó junto a Jesús para calentarlo y comenzó a ronronear. María, llena de gratitud, acarició la frente del gato, dejándole la marca de su inicial para recordarle a la humanidad que un gato atigrado había consolado al Niño Jesús
Más allá de la ciencia, la “M” en la frente de los gatos atigrados ha dado lugar a numerosas creencias y mitos.
- En algunas culturas se decía que representaba una marca sagrada
- En la tradición islámica se relaciona con el profeta Mahoma, quien habría bendecido a los gatos.
- En Europa, la “M” se asoció con la Virgen María y la protección contra el mal.
- Los egipcios asociaban a los gatos mau con la luna a raíz del brillo de sus ojos por la noche. Según la leyenda, la "M" en la frente del gato atigrado es un símbolo de esa relación
Aunque muchas personas creen que el pelaje atigrado corresponde a una raza específica, lo cierto es que se trata de un patrón de pelaje presente en la mayoría de las razas felinas. De hecho, los gatos domésticos actuales descienden del gato montés africano (Felis lybica), que ya lucía un patrón similar.