Los gatos atigrados son una de las variedades felinas más populares y con grandes curiosidades en el mundo. Su pelaje suele mostrar patrones rayados o marmoleados, pero lo que más llama la atención es un detalle muy particular: la letra “M” en la frente. Este rasgo no es casual, sino que tiene una explicación genética concreta. Te contamos qué significa.

Los gatos varían en sus colores, pueden ser anaranjados, negros, blancos, atigrados, grises, con manchas y miles de colores más. Sin embargo, hay algo que hace único a cada uno y en el caso de las mascotas que portan rayas en su cuerpo llenan de misterio sobre la marca que llevan en la frente.

El origen genético de la “M” en los gatos atigrados

gato atigrado (1)
La letra "M" se puede observar en la frente de los felinos, ya que el color, la distribución y el tipo de pelaje están determinados por múltiples genes

La letra "M" se puede observar en la frente de los felinos, ya que el color, la distribución y el tipo de pelaje están determinados por múltiples genes

Un gato se considera atigrado cuando posee remolinos, manchas, rayas o pelos moteados. Y, como cualquier otra característica física, estas marcas están controladas por los genes, según la información proporcionada por la agencia Europa Press. Estos descubrimientos se vinculan directamente con características distintivas respecto a la genética de los animales.

La marca en forma de “M” se debe a un gen específico conocido como transmembrana aminopeptidasa Q (Taqpep). Este gen es el responsable de determinar el patrón del pelaje de los gatos, ya que influye en cómo se distribuyen los pigmentos en la piel y en el pelo.

Cuando el gen Taqpep se expresa de manera particular, provoca que en la frente del gato se formen líneas y remolinos que terminan dibujando la característica “M”. Es el mismo gen que determina si el atigrado tendrá un patrón de rayas (mackerel tabby), manchas (spotted tabby) o un diseño marmoleado (classic tabby).

Desde el punto de vista biológico, no se le atribuye una función específica a la letra “M”, más allá de ser parte del patrón de camuflaje y una consecuencia de la expresión genética.

Una marca que también alimenta las leyendas

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Un pequeño gato atigrado se subió al pesebre, se acurrucó junto a Jesús para calentarlo y comenzó a ronronear. María, llena de gratitud, acarició la frente del gato, dejándole la marca de su inicial para recordarle a la humanidad que un gato atigrado había consolado al Niño Jesús

Un pequeño gato atigrado se subió al pesebre, se acurrucó junto a Jesús para calentarlo y comenzó a ronronear. María, llena de gratitud, acarició la frente del gato, dejándole la marca de su inicial para recordarle a la humanidad que un gato atigrado había consolado al Niño Jesús

Más allá de la ciencia, la “M” en la frente de los gatos atigrados ha dado lugar a numerosas creencias y mitos.

  • En algunas culturas se decía que representaba una marca sagrada
  • En la tradición islámica se relaciona con el profeta Mahoma, quien habría bendecido a los gatos.
  • En Europa, la “M” se asoció con la Virgen María y la protección contra el mal.
  • Los egipcios asociaban a los gatos mau con la luna a raíz del brillo de sus ojos por la noche. Según la leyenda, la "M" en la frente del gato atigrado es un símbolo de esa relación

Aunque muchas personas creen que el pelaje atigrado corresponde a una raza específica, lo cierto es que se trata de un patrón de pelaje presente en la mayoría de las razas felinas. De hecho, los gatos domésticos actuales descienden del gato montés africano (Felis lybica), que ya lucía un patrón similar.

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