Piden que no sean capturadas como mascotas

Productores de frutos secos del Valle de Uco en alerta por la aparición de ardillas

La irresponsabilidad de introducir una especie exótica mantiene ahora a toda una región de Mendoza en alerta. La preocupación que mantienen los productores del Valle de Uco no es menor ya que se ha podido acreditar la existencia de una población de ardillas de vientre rojo en la zona de mayor producción de nueces del país.

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No se trata de simpáticos animalitos -advirtieron- sino de una especie que no es parte de la fauna nativa de la provincia y que fueron introducidas ilegalmente.

Por el momento, se encuentran limitadas a una zona de Tupungato donde desde el Departamento de Fauna Silvestre ya ha podido registrar los daños que han producido en los frutales, cables, árboles e, incluso, en los costosos sistemas de riego.

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Las primeras denuncias fueron realizadas por la organización Cullunche en 2013 pero no se logró dar con ningún ejemplar. Según narró Jennifer Ibarra, titular de la ONG, habría sido un empresario el que introdujo a estos animalitos con fines "ornamentales" pero rápidamente se dispersaron más allá de su propiedad.

La veterinaria detalló las malas experiencias sobre fauna introducida en Mendoza, como es el caso del jabalí, la liebre de Castilla o la rana toro. "Muchas de estas especies llegan por modas de mascotismo o criaderos sin control. Ambos son peligrosos, por eso tenemos que ser conscientes", indicó Ibarra.

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Adrián Gorrindo, jefe del Departamento de Fauna Silvestre, expresó que recién este año, a través de una nueva denuncia, se pudo constatar la presencia de estos especímenes y, si bien aún se está trabajando en estudios más exhaustivos, se calcula que por el momento se tratarían de unos 20 ejemplares.

"Al tratarse de una especie invasora, lo más importante es actuar a tiempo. Si se trabaja con una alerta temprana hay grandes posibilidades de controlar la expansión y erradicarla antes de que se convierta en un peligro como es el caso del jabalí, la liebre o el conejo silvestre", explicó el funcionario. 

A través de diferentes investigaciones en el campo se comenzaron a observar signos indirectos de la presencia de las ardillas como el descortezado de árboles ya que al tratarse de un roedor necesita usar sus dientes. Pero este daño que le provoca a la flora favorece la infección por hongos, secando así parte del árbol.

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El profesional también recordó que este animal puede transmitir a las personas parásitos y enfermedades tan graves como la leptospirosis. Es por ello que, ante un avistaje, se recomienda no intentar capturarlas. Además se trata de una especie huraña que puede lastimar a quienes intenten tomarlas.

"Todavía no se ha detectado ningún caso pero es una consideración a tener en cuenta. No son mascotas. Por eso hemos determinado la prohibición de traslado, tenencia y comercialización", afirmó Gorrindo, quien pidió a quienes observen a alguna de estas ardillas informar a la Dirección de Fauna al teléfono 4252090.

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Tras tener mayores certezas sobre la situación, es que se comenzó a trabajar de forma cooperativa con productores de la zona y dictar curso para el reconocimiento de los ejemplares y los daños que pueden ocasionar.

Productores de nueces en alerta

Manuel Viera, coordinaron de la Asociación de frutos secos de Mendoza, aseguró que los productores están "preocupados y ocupados". "Han introducido irresponsablemente un roedor que tiene una gran capacidad para reproducirse en una zona donde hay mucha cantidad de comida y estamos al borde de una problema ambiental y agroecológico", dijo.

Como parte del trabajo de la asociación, es que se han movilizado para concientizar sobre el tema a través de cursos y talleres. "Todavía somos una economía regional rentable y esto realmente sería chocar contra una pared", sostuvo.

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En Buenos Aires también 

La ardilla de vientre rojo fue introducida en Argentina en 1970. Diez ardillas fueron llevadas a la localidad de Jáuregui, partido de Luján, en Buenos Aires, según un estudio elaborado por la Universidad de Luján. Allí, inicialmente fueron mantenidas en cautiverio pero luego algunas escaparon o fueron liberadas dando origen a una población silvestre.

Estas ardillas tienen hábitos arborícolas y diurnos. Es un roedor que puede vivir en bosques naturales o plantaciones comerciales u ornamentales de diversa composición. Sus nidos los construyen en los árboles y su dieta está compuesta principalmente por frutos, semillas y hojas.

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