personas en Roma (1)
Cuando piensas en los antiguos romanos, quizás te imagines togas, gladiadores y un complejo sistema de gobierno. Sin embargo, hay un aspecto de la sociedad romana que puede intrigarte
Es decir, para poder organizarse de una forma extremadamente estructural y ser un ser social importante, utilizaban un sistema de 3 pasos, para determinar a qué familia pertenecía, cuál era su ascendencia y hasta en qué tribu votaba. El conjunto completo se conocía como tría nómina, una estructura exclusiva de los ciudadanos romanos, especialmente durante los períodos antes mencionados.
Nombres en la Antigua Roma: más que una cuestión de identidad
En Roma, el nombre no solo decía quién eras, sino también de dónde venías y a qué aspirabas. En este sentido, según el blog de History Skill, la tría nómina estaba compuesto por tres partes: el praenomen, el nomen y el cognomen. Cada una cumplía una función específica y se transmitía de forma diferente dentro de las familias. ¿Qué significa?
- Praenomen: el nombre personal y escaso
El Praenomen era el equivalente al nombre de pila moderno, pero la lista de opciones era sorprendentemente reducida: apenas unos veinte nombres masculinos estaban en uso común. Esto explica por qué muchos romanos compartían el mismo praenom
Además, se utilizaba en el ámbito familiar y en documentos legales, pero en la vida cotidiana, el Nomen o el Cognomen solían tener más peso.
- Nomen: la identidad de la gens
El Nomen indicaba la pertenencia a la gens, algo parecido a un apellido familiar, pero con un significado más profundo, ser miembro de una gens podía otorgar prestigio, derechos políticos y alianzas estratégicas.
El nomen se transmitía de generación en generación y conectaba al individuo con una historia familiar que podía remontarse siglos atrás.
- Cognomen: de apodo a herencia
Originalmente, el Cognomen era un apodo o rasgo distintivo que describía alguna característica física, habilidad, hecho militar o lugar de origen. Sin embargo, con el tiempo, se volvió hereditario y se integró al nombre oficial de la familia.
Un claro ejemplo es el nombre completo de Julio César era Gaius Julius Caesar, donde Gaius era su praenomen, Julius su nomen y Caesar su cognomen.
Sin embargo, tener los tres nombres completos era un privilegio que solo disfrutaban los ciudadanos romanos varones. Las mujeres, en cambio, solían llevar únicamente el nomen de la familia, en femenino.