La milanesa es, por lejos, la comida preferida de gran parte de la población argentina. Es una comida humilde, la podés combinar con lo que sea, con fideos, si hay poca plata, con ensalada, con papas fritas, con puré. Sin embargo, su preparación lleva trucos, y uno de ellos tiene que ver con el bicarbonato de sodio.
Por qué hay que preparar las milanesas con bicarbonato
La milanesa es, sin dudas, uno de los platos más emblemáticos de la cocina argentina. Ya sea de carne, pollo o berenjena, su sabor crujiente por fuera y tierno por dentro ha conquistado hogares, bodegones y restaurantes de todo el país. Pero detrás de una buena milanesa hay pequeños secretos que marcan la diferencia. Uno de ellos es agregar una pizca de bicarbonato de sodio al apanado. ¿Por qué? Te lo explicamos.
El bicarbonato de sodio es un ingrediente que muchas veces se asocia con la repostería o la limpieza del hogar. Sin embargo, su uso en la cocina salada viene ganando terreno. Al incorporarlo al pan rallado o al batido de huevo, el bicarbonato actúa como un agente aireante, lo que significa que genera pequeñas burbujas que ayudan a que la capa de empanado quede más aireada, crujiente y dorada al freír.
Además, este ingrediente reacciona con la humedad del huevo y la carne, generando una leve efervescencia que suaviza la textura de la milanesa sin modificar su sabor (siempre y cuando se le eche la medida justa). El resultado es una corteza mucho más ligera, crocante y pareja.
¿Cómo se usa el bicarbonato en el apanado?
El truco es simple y no requiere cambiar tu receta tradicional. Solo debes seguir estos pasos:
- Agregar una pizca (menos de media cucharadita) de bicarbonato al pan rallado.
- Mezclar bien para que se distribuya de manera uniforme.
- Apanar las milanesas como lo haces habitualmente.
- Freírlas en aceite caliente hasta lograr ese dorado característico. También puedes hacerlas al horno.
También hay quienes prefieren añadir el bicarbonato al batido de huevo, aunque en ese caso hay que asegurarse de cocinar rápidamente la milanesa, ya que el bicarbonato empieza a reaccionar, apenas entra en contacto con líquidos.
Agregarle bicarbonato, además, ayuda a reducir la absorción de aceite durante la fritura, lo que da como resultado una milanesa menos grasosa y más liviana potenciando el dorado natural.