Pelar un huevo duro debería ser una tarea sencilla, pero muchas veces la cáscara se adhiere y termina rompiendo la clara, arruinando su forma y haciendo perder tiempo. Esto no solo es molesto, sino que también puede deberse a un pequeño detalle en la cocción que la mayoría pasa por alto. Para ello hay un truco simple, económico y casero para evitarlo.
Por qué la cáscara se pega al huevo duro
La razón principal por la que la cáscara se adhiere es la frescura del huevo. Cuanto más fresco es, más difícil resulta pelarlo. Esto se debe a que la membrana interna está aún muy unida a la clara. Con el paso de los días, el pH del huevo cambia, la membrana se retrae y la cáscara se desprende con más facilidad.
Además, hay otros factores que como la forma en que se cocina, el enfriado, el choque térmico entre el agua hirviendo y el agua fría y la ausencia de vapor o temperatura constante.
El truco definitivo para que la cáscara no se pegue
El truco para lograr huevos duros fáciles de pelar es el choque térmico inmediato. Consiste en sumergir los huevos calientes directamente en agua con hielo, apenas termina la cocción.
El paso a paso es fácil: coloca los huevos en una olla con agua fría y un chorrito de vinagre o una pizca de sal (esto ayuda a sellar microfisuras). Lleva la olla a hervor y contá 10 minutos para obtener un huevo duro clásico.
Después retira los huevos del agua caliente y pásalos de inmediato a un bowl con agua fría y cubos de hielo. Dejá reposar 5 minutos y ese cambio brusco de temperatura separa la membrana de la clara. Por último golpea suavemente la cáscara y pela desde la parte más ancha.
Además del choque térmico, hay pequeños métodos que pueden ayudar:
- Cocinar los huevos al vapor, en vez de hervidos.
- Usar huevos que tengan entre 5 y 10 días, no recién comprados.
- Agregar una cucharadita de bicarbonato al agua, para elevar el pH y despegar la membrana.






