Curiosidades

Pocos lo saben: ¿cuál es la verdadera diferencia entre soda y agua con gas?

Aunque parezcan iguales, el agua con gas y la soda no son lo mismo. ¿En qué se diferencian y cuál conviene según tus gustos y necesidades?

En muchos cafés y casas es común escuchar hablar de la soda u oír que alguien pide agua con gas. Sin embargo, solo viejos abuelos conocen la diferencia en su composición, ya que lo que las hace diferentes no es el contenido, sino, justamente, de lo que están compuestas.

Las bebidas gasificadas han ido ganando terreno entre quienes buscan una alternativa más saludable frente a los refrescos azucarados. Sin embargo, existe una confusión muy común: ¿es lo mismo el agua con gas que la soda? Aunque ambas parecen iguales a simple vista, hay diferencias clave que vale la pena conocer.

La diferencia poco conocida entre la soda y el agua con gas

agua con ga
El agua con gas es simplemente agua mineral a la que se le ha agregado dióxido de carbono.

El agua con gas es simplemente agua mineral a la que se le ha agregado dióxido de carbono.

Como mencionamos, la principal diferencia entre el agua con gas y la soda está en su composición. El agua con gas es, en esencia, agua natural carbonatada, es decir, agua a la que se le ha añadido dióxido de carbono (CO) para generar las burbujas. Algunas aguas con gas provienen directamente de manantiales naturales y ya contienen gas de forma natural, lo que las hace más suaves y con un sabor más neutro.

Por otro lado, la soda no solo contiene agua y gas, sino también sales minerales añadidas como bicarbonato de sodio, cloruro de sodio o sulfato de potasio que le dan ese sabor ligeramente salado o “metálico” característico. Estas sales se incorporan para mejorar el gusto y la conservación, pero también modifican su composición química.

soda
La soda, además de contar con dióxido de carbono, se le agregan sales.

La soda, además de contar con dióxido de carbono, se le agregan sales.

Si entramos en el terreno de la salud y nos preguntamos cuál es más saludable, ambas son opciones libres de azúcar y calorías, aunque la soda, por su contenido mineral, puede no ser ideal para personas con hipertensión o dietas bajas en sodio. En cambio, el agua con gas resulta más neutra y suele ser mejor tolerada por quienes buscan hidratarse sin añadir compuestos adicionales.

Si preferís un sabor más limpio y natural, el agua con gas es la mejor opción. Pero si te gusta una bebida con un toque más intenso y burbujeante, la soda puede ser ideal, sobre todo para acompañar comidas, preparar tragos o después de un buen café.

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