Es una misa multitudinaria en todas partes del mundo y más extensa que lo habitual. Puede llegar a durar, en algunos casos, hasta una hora y media, en festejo por el nacimiento de Cristo.
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El Papa Francisco en el Vaticano, en plena Misa del Gallo. / gentileza AFP
Según historiadores, la Misa del Gallo -también llamada Misa Vespertina de la Vigilia de Navidad- se llama así porque se celebra durante las últimas horas del 24 de diciembre, en la víspera de la Navidad, y se asocia con el canto del gallo que anuncia el amanecer. Y ese amanecer es muy especial para la religión por el "nacimiento del niño Jesús".
Entonces, siempre guiándonos de lo que dicta la tradición cristiana, el gallo es considerado un vigía, un especial símbolo de alerta del nuevo día y quien anuncia finalmente el nacimiento de Jesucristo.
Cuenta la historia que caída la noche del 24 de diciembre, los cristianos se hacían presentes en las iglesias justamente para celebrar "la misa de medianoche", ya conocida como "Misa del Gallo", porque se creía que ese animal se ponía a cantar (ad galli cantus, que quiere decir "al canto del gallo") durante los primeros minutos del 25 de diciembre para comunicar el natalicio de Cristo, el Mesías.
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El pesebre navideño. El nacimiento de Cristo es celebrado por los creyentes católicos en todo el mundo.
Otra teoría de la Misa del Gallo y su significado fabuloso
Se trata de una tradición navideña muy fuerte, muy arraigada en la cultura católica, que tiene además otra teoría de menos peso, pero teoría al fin y merece ser contada. La misma sostiene que se le dice Misa del Gallo a la del 24 de diciembre por una fábula.
Esa fábula a la que hacemos referencia dice que fue un gallo "el primer animal que vio Jesús de Nazaret al nacer". El ave anunciaría la llegada al mundo del niño a través de su canto. Y luego se lo contaría a otros animales de un establo como el buey y una mula. Luego se enterarían las personas que estaban por allí, como los pastores.