¡Sorprendente!

Muchos lo ignoran: ¿por qué la gente no sonreía en las fotos antiguas?

En el siglo XIX, posar frente a una cámara para fotografiarse era algo muy distinto a la experiencia actual. Sonreír rara vez era una posibilidad. Las razones

Por UNO

Cualquier fotografía del siglo XIX tiene un común denominador: ninguno de los retratados sonríe. ¿Por qué la gente no sonreía en las fotos antiguas?, hay una explicación. Y es sorprendente. Más si se tiene en cuenta la experiencia actual donde parece estar prohibido no sonreír ante la cámara del celular.

Las fotos del siglo XIXmuestran una expresión seria en los rostros de quienes posaban y quedaban retratados. Las fotos de esa época parecen reflejar un entorno más solemne, serio y hasta triste.

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Difícil encontrar una sonrisa en las fotos del siglo XIX.

Difícil encontrar una sonrisa en las fotos del siglo XIX.

¿Por qué la gente no sonreía en las fotos antiguas?

No obstante, la ausencia de sonrisas no tenía nada que ver con la falta de alegría. La explicación estaba en una mezcla de factores técnicos, culturales y sociales que hoy resultan sorprendentes.

En el siglo XIX, tomarse una foto no era rápido ni sencillo. Las cámaras de esa época exigían largos tiempos de exposición. Esto significaba que las personas debían permanecer completamente inmóviles durante varios minutos para que la imagen saliera nítida. Obviamente, sostener la sonrisa incólume durante un rato largo era una misión imposible.

No solo los músculos se cansaban, la sonrisa terminaba siendo poco creíble. Como si fuera poco, cualquier movimiento podía arruinar la toma, entonces los fotógrafos recomendaban mantener una expresión neutra o seria, que se podía sostener con mayor facilidad durante tanto tiempo. Este gesto serio tenìa también su origen en la tradición de los retratos pintados, en los que la solemnidad era la ley.

Sonreír en las fotos antiguas estaba mal visto

Más allá de los aspectos técnicos, la sonrisa en los retratos también era mal vista en ese entonces por la sociedad. Lucir una sonrisa amplia estaba asociado con la imprudencia, la falta de seriedad o incluso con estar borracho.

En las clases sociales más acomodadas, además, sonreír dejando ver los dientes podía considerarse de mal gusto, especialmente en una época en la que la salud bucal era precaria y muchos evitaban mostrar su dentadura deteriorada o incompleta.

De acuerdo con el historiador del arte Nicholas Jeeves, durante mucho tiempo se creyó que sonreír en una foto era algo ridículo o inapropiado. Incluso cuando las cámaras Kodak permitieron capturar imágenes en forma instantánea, el hábito de mantener el rostro serio persistió durante décadas.

Con el correr del tiempo, y gracias a la evolución de la tecnología fotográfica, los tiempos de exposición se acortaron y las cámaras se volvieron más accesibles económicamente hablando. Esto abrió las puertas a capturar momentos espontáneos, emociones genuinas y, por supuesto, sonrisas.

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En las fotos actuales parece estar prohibido no sonreír. Pero antes no era así.

En las fotos actuales parece estar prohibido no sonreír. Pero antes no era así.

También se produjo un cambio cultural: las personas se acostumbraron a ver y compartir todo tipo de expresiones faciales, desde la alegría hasta la sorpresa o la ternura. Así, los retratos fotográficos pasaron de ser representaciones formales y neutras a reflejar la verdadera personalidad y estado de ánimo de quien posa frente a una cámara.

Hay que recordar que la gente del siglo XIX no era más triste o seria que nosotros. Simplemente vivían en una época con otros códigos sociales, limitaciones técnicas y diferentes formas de expresión.

“Willy”, un pionero en sonreír ante la cámara

En 1853, Mary Dillwyn (famosa fotógrafa galesa) captó a su sobrino William Mansel Llewelyn, apodado “Willy”, con una ligera sonrisa mientras miraba fuera de cuadro.

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Mary Dillwyn captó a su sobrino William Mansel Llewelyn, apodado “Willy”, con una ligera sonrisa mientras miraba fuera de cuadro.

Mary Dillwyn captó a su sobrino William Mansel Llewelyn, apodado “Willy”, con una ligera sonrisa mientras miraba fuera de cuadro.

Esta fotografía es considerada uno de los primeros retratos espontáneos con sonrisa, obtenida con cámaras de tiempos de exposición ya cortos y más portátiles. La imagen forma parte de la Biblioteca Nacional de Gales.

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