Tener árboles en el hogar tiene múltiples beneficios, ya que no solo aportan sombra para un verano fresco, sino que también renuevan el aire, y embellecen el jardín con un toque de color. En esta ocasión hablaremos sobre una especie que tiene flores de color dorado que crecen en forma de racimos y desprenden un aroma único.
El árbol de la cadena dorada (Laburnum anagyroides) es una hermosa planta que florece a finales de la primavera en racimos de 25 a 30 cm de largo con fragantes flores amarillas similares a las de la glicina. Este pequeño árbol pertenece a la familia de las leguminosas y sus vainas contienen semillas venenosas.
Es de rápido crecimiento, de entre 10 y 20 metros de alto, con un tronco recto y delgado, con una corteza grisácea. La copa posee forma piramidal y es relativamente densa, formada por ramas largas y delgadas, desde las cuales nacen sus grandes hojas color verde.
Su floración se forma a partir de racimos de pequeñas flores con cinco pétalos libres y cuatro iguales, y uno más grande con el borde crenado. Además, poseen unas estructuras llamadas elaióforos, que liberan una especie de aceite que atrae a las abejas.
Cuidados del árbol de la cadena dorada
Los expertos de The Spruce revelan que esta planta requiere un clima templado y un lugar en el jardín de pleno sol. En temperaturas más cálidas hay que escoger un sitio con sombra parcial, ya que se pueden quemar las hojas a pleno sol.
El árbol de la cadena de oro crece bien en la mayoría de los tipos de suelo, pero lo ideal es que tenga alto contenido de materia orgánica. Un buen drenaje es crucial, aunque se adapta a diversos pH, desde ligeramente alcalino hasta ácido.
El árbol requiere una humedad media y es relativamente tolerante a la sequía. Sin embargo, hay que asegurese de que el agua no se encharque en la base, ya que no prospera en agua estancada y es susceptible a la pudrición de las raíces.





