Cuenta que, en los comienzos de la cuarentena en Argentina, “en la entrega de semillas para la temporada otoño e invierno nos desbordaron los pedidos. No teníamos prevista esa cantidad y tuvimos que pedir más y fraccionar en pequeñas cantidades las colecciones que teníamos”.

El programa ProHuerta, del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y ejecutado por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) fue una de las herramientas que encontró la sociedad mendocina para entretenerse en cuarentena. “La gente estaba con ganas de hacer algo”, dijo el ingeniero agrónomo Alberto Miguel Santarelli, jefe de la Agencia de Extensión Rural del INTA, en San Martín, Mendoza.

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Aún con la demanda impensada, el INTA logró cubrir todos los pedidos para la huerta de otoño / invierno.

Santarelli contó que el programa, que ya lleva varios años, lo financia el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación y “desde el INTA somos la ventanilla por la que se ejercita, a través de las  agencias de extensión”.

El programa tiene distintas variantes, todas basadas en la entrega de colecciones de semillas para las huertas a nivel familiar, pero son distintas según la extensión de cada espacio en el domicilio.

“Está lo que nosotros llamamos ‘urbanito’, que son un grupo de semillas para sembrar en macetas y cajones. Luego está la llamada ´urbana´, que son unas 10 especies, para quienes tengan un patio convencional de una casa de barrio y luego está la llamada ‘típica` o ´rural´ que son unas 15 colecciones, para sembrar en un espacio amplio, de unos 120 metros cuadrados”, explicó.

Pero, además, están los que en el INTA llaman “huerteros”, que son familias de zonas rurales “que vienen haciendo huertas todos los años y que llevan al menos más de dos temporadas”.

A este segmento se le ofrece pollitos para tener unas 15 gallinas ponedoras moradas. “Los capacitamos en huerta y en cría de gallinas. Antes de la pandemia hacíamos reuniones,  anotamos a los que querían acceder a los pollitos y en unos 10 o 15 días se los entregábamos, después de que nos llegaban de nuestro centro en Rama Caída”. En unos 5 meses esto le permitía tener a cada familia que recibía los pollos, una producción de unos 8 huevos diarios.

Hasta hace unos años atrás también se entregaban árboles  frutales “y se capacitaba para hacer salas y conservas”, contó Santarelli.

Ahora, en cuarentena, las reuniones y capacitaciones en forma presencial no se están realizando y se dan vía Internet.

En estos días el ProHuerta está a la espera de que estén disponibles las semillas, a partir de septiembre, para la temporada primavera/ verano. “Esa es más abundante, porque vienen semillas de lechuza, tomate, berenjenas y zapallitos de todo tipo. Yo le llamo la huerta linda”, contó el jefe del INTA en San Martín.

Para los interesados, la forma más práctica para interiorizarse, son las siguientes páginas oficiales:

prohuerta.inta.gob.ar

argentina.gob.ar/inta

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