Partió a Chipre por orden Naciones Unidas

La mendocina que es parte de los Cascos Azules en una misión de la ONU

Por UNO

Marcela Hidalgo nació hace 25 años en Ranquil Norte, el pueblo malargüino de poco más de 100 habitantes que está a orillas de la Ruta 40.

Desde ahí, ese paraje tranquilo "donde vemos pasar un auto cada una hora por la ruta", se decidió a ingresar a la Armada. Fue en la Base Baterías donde conoció el mar. "Lo había visto en fotos pero finalmente lo conocí en Baterías, durante un desembarco anfibio mientras era alumna Aspirante Naval de la Escuela de Suboficiales", cuenta  Marcela.

Eso fue en el 2015 y ahora participa por primera vez de una Misión de Paz de Naciones Unidas.

Marcela es la más chica de 9 hermanos. Es la primera de su familia en ingresar a la Armada Argentina; tiene un hermano que es gendarme y su padre trabaja en el campo. "Mi mamá Delia vive con mi hermana y mis sobrinos en el pueblo y mi papá Hugo, que se dedica a la cría de animales, está en el campo", contó sobre su vida.

De Ranquil Norte extraña la tranquilidad. "Es un pueblo muy calmo que está sobre la ruta; y a veces pasa un auto cada una hora", afirmó.

La elegida

El pasado 12 de julio al mediodía, la Cabo Hidalgo fue una de los protagonistas de la ceremonia de despedida que marcó la finalización del alistamiento que --junto a otros 55 efectivos de la Armada, entre miembros del contingente y observadores militares-- desarrolló en el Comando de Instrucción y Evaluación de la Infantería de Marina (COIE).

Tras esa instrucción --que los preparó para desempeñarse en la Misión de Paz de Naciones Unidas en Chipre-- pusieron rumbo al Departamento de Educación del Centro Argentino de Entrenamiento Conjunto para Operaciones de Paz (CAECOPAZ) en Campo de Mayo, Buenos Aires.

Allí y durante el mes de julio, los efectivos de la Armada se unieron al Grupo de Tareas conformado por Ejército, Fuerza Aérea y miembros de las Armadas de Brasil, Chile y Paraguay.

El Contingente Chipre LIV partió en grupos durante esta semana a Chipre, donde prestará servicio por 6 meses sumándose a los Cascos Azules de diferentes países para integrar la Misión de Mantenimiento de Paz en Chipre (UNFICYP).

La República Argentina aporta Cascos Azules desde 1993 a la UNFICYP, que fue establecida operacionalmente por la Organización de Naciones Unidas (ONU) el 27 de marzo de 1964, para evitar que se reanude la lucha entre las comunidades grecochipriota y turcochipriota que se enfrentaron por una disputa territorial.

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Un gran desafío para la malargüina

"Estoy muy feliz con esta designación. Es para mí un gran desafío ser destacada en esta Misión de Paz de Naciones Unidas", reveló la Cabo Segundo Hidalgo, a quien la noticia de que iba a ser desplegada junto al Contingente Chipre LIV la encontró en el Batallón de Infantería de Marina N° 2, su destino desde su egreso a fines del 2016 de la Escuela de Suboficiales de la Armada (ESSA).

A ese establecimiento educativo naval --ubicado en la Base Naval Puerto Belgrano al sur de la provincia de Buenos Aires-- llegó Marcela a principios del 2015 desde Ranquil Norte. "Me enteré de la Armada Argentina porque estaba estudiando en Malargüe. Una amiga me contó sobre la Fuerza y como yo hacía rato que quería entrar a una Fuerza Armada, me postulé. Gracias a ella hoy estoy acá".

"Me adapté muy bien; en la Armada Argentina nos enseñan muchos valores que yo ya los tenía incorporados gracias a mis padres, quienes me enseñaron muy bien", aseguró la infante de Marina mendocina.

"La Armada es parte de mi vida, rescato mucho el compañerismo. Me gusta todo lo que hago desde el momento en que me levanto hasta la hora de retirada (de volver a casa)", aseguró.

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La labor en Chipre

Desde hace 26 años, la Fuerza de Tarea Argentina se destaca en un sector de responsabilidad dentro de la zona de amortiguación de la misión UNFICYP, en la República de Chipre. Para cumplir con su misión opera desde los campos San Martín (Sur de la Isla) y General Roca (Norte de la Isla).

Las bases de patrulla y las patrullas de largo alcance trabajan de forma ininterrumpida, por lo que las compañías dividen su personal en dos grandes grupos que rotan cada semana: uno opera la línea (misión principal) y el otro realiza adiestramientos en los campos.

Las actividades de adiestramiento incluyen entrenamiento físico, tiro diurno y nocturno, prácticas de conductores en terrenos con distintos grados de dificultad e instrucciones generales obligatorias; como lucha contra el fuego, evacuación sanitaria, control de accidentes, operación de helipuertos y circuitos cerrados de vigilancia.

Entre las tareas operativas se destacan el patrullaje terrestre, aéreo y a pie –aproximadamente 40 patrullas diarias– para el control y la resolución de incidentes con intrusos, cazadores y granjeros no autorizados; control de los puestos de las fuerzas en oposición; control de la línea de seguridad marítima; control de la zona de amortiguación en la prevención de incendios; escoltas a peregrinaciones y manifestaciones; señalización y relevamiento del estado de los caminos; y asistencia humanitaria.
Recuerdos de Ranquil Norte

Fuente: Gaceta Marinera

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