Verbena officinalis
La verbena es la planta que desplaza a la lavanda.
En primer lugar, una de las ventajas más notables es su extraordinaria capacidad de floración. Mientras que la lavanda tiene su momento de esplendor en el verano, la Verbena officinalis puede florecer desde la primavera hasta bien entrado el otoño, e incluso durante todo el año en climas más cálidos.
En la misma línea, expertos en jardinería señalan que esta floración sostenida le permite a la verbena mantener el color y la vida en el jardín por mucho más tiempo, ofreciendo una belleza continua cuando otras plantas ya han terminado su ciclo. En consecuencia, sus 25 centímetros de altura y sus flores que van desde el violeta hasta el blanco aportarán elegancia a parques, balcones y terrazas.
verbena
La verbena no exige muchos cuidados de jardinería.
En cuanto a sus cuidados, la verbena demuestra una gran adaptabilidad y bajo mantenimiento. Esta planta prospera con abundante luz solar y prefiere un riego moderado, regándose solo cuando el sustrato está seco, siendo más resistente que la lavanda.
Además, requiere un suelo ligero y con buen drenaje, sin necesidad de grandes macetas, ya que sus raíces generalmente son pequeñas. Por otro lado, los especialistas en jardinería señalan que su poda, recomendada cada cuatro meses, es sencilla y estimula un crecimiento vigoroso.
Lo único a considerar con la verbena es que durante el invierno debemos protegerla de las heladas, ya que en casos extremos la planta podría morir (algo que también le sucede a miles de ejemplares). Tampoco debe estar cerca de corrientes de aire frío.