El damasco es una fruta que aporta diversos beneficios, ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro y la diabetes y regula el funcionamiento del intestino.
Los sorprendentes beneficios del damasco, socio ideal para combatir la diabetes
El damasco es una fruta que aporta diversos beneficios, ayuda a prevenir el envejecimiento prematuro y la diabetes y regula el funcionamiento del intestino
Los damascos son conocidos por tener propiedades antiinflamatorias y ayudar a prevenir enfermedades cardíacas y algunos tipos de cáncer. También pueden mejorar la digestión y la salud ocular.
El damasco es una fruta que aporta diversos beneficios, como ayudar a prevenir el envejecimiento prematuro y enfermedades como la diabetes y el cáncer, además de regular el funcionamiento del intestino, promover el control del peso y contribuir al crecimiento del cabello.
Perteneciente a la misma familia del durazno, el albaricoque (Prunus armeniaca) tiene un sabor ligeramente ácido y sus beneficios se deben especialmente a su contenido de fibras y a sus propiedades antioxidantes, pues posee compuestos fenólicos, vitamina A y vitamina C.
El damasco se puede encontrar fresco, seco o enlatado en mercados, puestos callejeros y tiendas de productos naturales. Puede consumirse fresco o utilizarse en recetas como helados, mermeladas, pasteles, salsas, ensaladas, mouses y arroz con leche, por ejemplo.
El damasco tiene un bajo índice glucémico, lo que significa que aumenta los niveles de glucosa en la sangre lentamente, siendo una buena opción de fruta para consumir antes de entrenar y para personas que necesitan controlar los niveles de azúcar en la sangre.
Es una fruta muy alcalina, bajo contenido en sodio, pero rico en potasio; también tiene un poder energético bajo, por lo que resulta indicado en las dietas de adelgazamiento.
Contiene varios oligoelementos, minerales de gran importancia fisiológica, como el manganeso, cobalto y flúor. Es rico en azúcares (fructosa y glucosa). En las frutas frescas el contenido de hierro es más bajo que en los damascos desecados (orejones), las proteínas aumentan hasta un 5% más estando desecados, como así también la provitamina A por su riqueza en beta-caroteno.
El damasco especialmente en su forma seca, contiene nutrientes con acción antioxidante, como la vitamina A, vitamina C, vitamina E, y minerales como cobre, zinc y selenio, ayudando a prevenir el desarrollo de enfermedades crónicas como el cáncer y la diabetes, además de promover la salud de los ojos, el corazón y el cerebro.
Además, el damasco, es un fruto bajo en calorías, aportando tan solo 57 calorías cada 100 gramos, siendo una fruta que puede ser incorporada en dietas para controlar y perder peso.
Además de eso, el damasco es rico en fibras, ayudando a sentirse saciado durante el día, y reduciendo así la ingesta de otros alimentos dulces y ricos en carbohidratos.
Fuente: tuasaude.com





