La lavanda es de las plantas que cualquier persona quisiera tener en su jardín debido a sus propiedades ornamentales y también medicinales. Sin embargo, para que crezca en óptimas condiciones y aprovechar sus ventajas, debemos tener en cuenta algunos trucos de jardinería, especialmente referidos a su riego.
Así debes regar tu lavanda para que la planta estalle de flores
Si quieres fomentar el crecimiento de la lavanda, debes prestar atención al riego del ejemplar. Su temporada ideal de desarrollo es el verano, por lo que este momento será clave para la hidratación de la planta, tal como cuenta el medio especializado ‘El Mueble’.
En esta línea, durante el verano se recomienda regarla cada seis días y vigilar el sustrato: si está seco antes de esos días, deberás volver a regarla. Esto se explica a partir de que las raíces son débiles y no toleran el exceso de agua, por lo que es mejor no encharcar el sustrato.
Por otro lado, en los meses de frío, es decir en otoño e invierno, será necesario disminuir el tiempo de riego, ya que durante esta temporada las raíces absorben humedad del ambiente. De esta forma, la lavanda crecerá con mayor fuerza en los meses siguientes.
Además del riego, es necesario tener en cuenta otros cuidados de jardinería para que la lavanda crezca frondosa y con un fuerte aroma. Por ejemplo, el ejemplar debe estar siempre en el exterior, ya que se trata de una planta de hoja perenne que necesita de una iluminación directa que ronde las seis horas diarias y también muy buena ventilación.
En este marco, la fuente citada destaca que, si bien la lavanda crece a la perfección en verano, también es una planta resistente cuyas flores toleran muy bien el frío, sobreviviendo en temperaturas de hasta -15 °C. Por ende, no debemos temer en caso de heladas, ya que el ejemplar no se marchitará.
Sin embargo, si vives en países donde la temperatura de invierno desciende aún más, tendrás que resguardar la lavanda debido a que se congelarán las raíces y la planta morirá.





