California no es solo sinónimo de playas y sol eterno. El Estado Dorado esconde algunos de los mejores destinos de esquí de Estados Unidos, con estaciones que son las más prestigiosas del país. Desde las icónicas pistas de Heavenly hasta las aventuras fuera de pista en Siskiyou, el estado ofrece experiencias para todos los niveles y preferencias.

Los cinco gigantes de la nieve en California

La diversidad de opciones para los amantes de la nieve en California es verdaderamente impresionante. Cada resort tiene su propia personalidad y atractivos únicos, desde vistas espectaculares hasta pistas desafiantes para los más experimentados.

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Heavenly, se alza como uno de los destinos más versátiles en California, ofreciendo 1.900 hectáreas de terreno esquiable con vistas impresionantes al Lago Tahoe. Su ubicación estratégica cerca de casinos y zonas de entretenimiento la convierte en una opción perfecta para quienes buscan combinar deporte y diversión. La temporada de esquí se extiende desde finales de noviembre hasta abril, con precios sorprendentemente competitivos.

Squaw Valley, por su parte, ostenta el título de la estación más grande de California, con sus imponentes 2.428 hectáreas. Su legado olímpico y sus desafiantes pistas la han convertido en un referente para los esquiadores más exigentes. Las abundantes nevadas y la calidad de sus pistas empinadas justifican su reputación como uno de los mejores destinos de esquí del estado.

Más allá de las pistas tradicionales

Para aquellos que buscan experiencias menos convencionales, California también ofrece alternativas fascinantes fuera de los grandes resorts. El condado de West Siskiyou se presenta como un paraíso para los amantes del esquí fuera de pista, con excursiones guiadas que combinan aventura y comodidad.

Los visitantes pueden disfrutar de un recorrido de 2,7 kilómetros hasta una acogedora cabaña, donde un guía experto no solo prepara las comidas sino que también revela los secretos mejor guardados de la zona.

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Mammoth Mountain merece una mención especial por ofrecer una de las temporadas más largas de Estados Unidos. Con sus 1.417 hectáreas de terreno esquiable y una elevación que garantiza nieve abundante, se ha convertido en el destino preferido de familias y grupos.

Su temporada, que se extiende desde principios de noviembre hasta finales de junio, permite a los visitantes disfrutar de la nieve incluso cuando la primavera ya ha llegado a otras partes del estado.

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