Con angustia la docente agregó que "muchas veces estamos en el patio de la escuela, en el recreo, cuando empiezan las balaceras. Nos tenemos que tirar cuerpo a tierra o correr a las galerías".
Lo que no se da cuenta esta gente que provoca los conflictos es que ellos mismos tienen a sus niños en la escuela. No son niños de otros lugares, son hijos de las personas que están en las barras. No es a diario que ocurre pero cada vez que hay una disputa entre bandas se transmite en nuestra escuela que, repito, está en el medio Lo que no se da cuenta esta gente que provoca los conflictos es que ellos mismos tienen a sus niños en la escuela. No son niños de otros lugares, son hijos de las personas que están en las barras. No es a diario que ocurre pero cada vez que hay una disputa entre bandas se transmite en nuestra escuela que, repito, está en el medio
Moreira indicó cómo actúan en la escuela cuando se producen estos incidentes: "Tenemos un protocolo que preparó una docente para toda la sección 38 que es la que pertenece nuestra escuela. Ese protocolo lo tiene la policía y nosotros la llamamos cuando pasa algún hecho de violencia. Llegan de inmediato porque por suerte tenemos cerca la Comisaría 16. Nos envían el apoyo aunque cuando llega la policía, las barras generalmente ya se han ido"
"Esto es constante -se lamentó- y estamos siempre con miedo de que en algún momento pueda pasarle algo a un niño, a un docente o a un personal no docente".
La vicedirectora también narró que "muchas veces hay problemas inclusive dentro de la escuela porque hay distintas barras y cada uno tira para la que pertenece. Hay peleas entre los niños (la escuela es primaria y tiene un jardín de infantes anexo) porque han participado y están al tanto de lo que ha sucedido con las bandas. Se da pero es controlable. Nosotros sabemos a qué barrita pertenecen porque los chicos vienen con logos o remeras del club y ellos mismos nos dicen de qué hinchada son. Pero se dialoga con ellos y se calman, son distintos a los grandes. Lo de las balaceras, que es en exterior de la escuela, no lo podemos manejar".
Marcela se apenó de que "los padres naturalizan todo esto como algo que es desde siempre, normal. Pero hay papás que no están metidos en las barras y sacan a sus chicos de la escuela. Lo grave es que los que viven en esta zona están acostumbrados porque van a los partidos e integran las barras. No lo ven como algo conflictivo, lo ven normal".
Claro que no todos es por el fútbol. Así lo dijo la docente: "También tenemos la situación de las drogas, con dos bandas: una es la de los Jamaica. Parece que tienen delimitado qué lugares le pertenecen a cada uno y cuando alguno se excede de ese territorio hay conflictos. Muchas veces las mamás están al tanto y saben que tal o cual se pasó de una manzana o una calle que no le correspondía y se desata la violencia"
Y continuó: "Esto se va agravando. También tenemos la escuela Guevara, cerca de los barrios Sismo V y Santa Teresita y allí es mucho más grave la situación de inseguridad".
Finalmente Moreira se quejó de que "nunca nos preguntan lo que padecemos en las escuelas. Siempre lo toma como que solamente es el barrio. Y las escuelas forman parte del barrio. No toman conciencia de que algo puede pasarle a alguno de sus hijos. Esto se da y se repite muchas veces".
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