A solo 20 minutos en auto desde South Beach, Bal Harbour Beach se extiende a lo largo de un kilómetro entre el muelle y la calle 96.
Un oasis de calma en Miami
La ausencia de música estridente y vendedores ambulantes transformó este rincón de Miami en el sitio elegido por los residentes locales durante el invierno.
Las aguas cristalinas permiten observar pequeños cardúmenes de peces tropicales que nadan cerca de la costa.
Los amantes del ejercicio aprovechan la extensión de arena firme para trotar por las mañanas.
El estacionamiento público en el extremo norte facilita el acceso a quienes llegan en auto.
El Ritz-Carlton Bal Harbour y el St. Regis Bal Harbour Resort enmarcan esta playa y le aportan un aire de exclusividad.
Planificando la visita
Durante el invierno de Florida, las temperaturas agradables convierten a esta playa en un destino ideal.
Los visitantes deben tener en cuenta que no hay baños ni duchas públicas disponibles.
El estacionamiento funciona con un sistema de pago por teléfono que agiliza la llegada y salida de vehículos.
Los elementos básicos disponibles incluyen:
- Bebederos de agua potable distribuidos a lo largo de la costa
- Cestos de basura ubicados estratégicamente para mantener la limpieza
- Carteles informativos sobre las condiciones del agua y la vida marina
- Zonas designadas para la práctica de snorkel con equipamiento propio
- Personal de seguridad que patrulla el área durante todo el día
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Esta playa está en un exclusivo vecindario de Miami.
La cercanía con el centro comercial Bal Harbour Shops permite combinar un día de playa con compras y gastronomía.
Los hoteles de la zona ofrecen servicios de spa y restaurantes con vistas al océano.
El muelle de Bal Harbour se transformó en un punto de encuentro para pescadores locales y fotógrafos aficionados.
Las familias con niños pequeños valoran la tranquilidad de las aguas y la pendiente suave de la costa.
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Los atardeceres en esta playa de Miami brindan un espectáculo natural que cautiva tanto a turistas como a residentes.
La ubicación privilegiada, a mitad de camino entre Fort Lauderdale y South Beach, la convierte en una parada obligada para quienes recorren la costa de Florida.