Energía

La planta nuclear flotante que rompe récords y redefine el uso del combustible: a qué país pertenece

La planta nuclear funciona desde 2020 y es una innovación en energía. Conoce a qué país pertenece y sus beneficios de generación eléctrica

La Akademik Lomonosov, la primera y única planta nuclear flotante del mundo, ha alcanzado un impresionante hito al generar más de 1.000 millones de kilovatios-hora (kWh) de energía antes de necesitar una nueva recarga de combustible.

Esta innovación de Rusia, desarrollada por la corporación estatal de energía atómica Rosatom, está revolucionando el panorama energético en la región ártica de Chukotka, proporcionando electricidad a comunidades remotas y operaciones mineras clave.

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¿Qué hace especial a la Akademik Lomonosov?

Con 144 metros de eslora y 30 metros de manga, la Akademik Lomonosov es un logro de la ingeniería nuclear, pero también un avance en la generación de energía sostenible en zonas aisladas. Equipada con dos reactores KLT-40S, originalmente diseñados para rompehielos rusos, la planta tiene una capacidad de generación eléctrica bruta de 70 MW, suministrando más del 60% de la demanda energética de la red aislada de Chaun-Bilibino.

Además de su función principal de generación de energía, la Akademik Lomonosov también reutiliza el calor residual, capturando hasta 60 MW de energía térmica para calefacción, beneficiando a más de 5.000 personas y contribuyendo a la desalinización de 240.000 metros cúbicos de agua diariamente.

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Desafíos y futuro de la energía nuclear flotante

  • Rosatom planea expandir el concepto con cuatro nuevas plantas flotantes de 100 MWe.
  • La vida útil de estas plantas se proyecta en más de 60 años.
  • El combustible gastado se almacena a bordo antes de ser transportado para su reprocesamiento en instalaciones especializadas de Rusia.
  • Se considera su implementación en regiones costeras con difícil acceso a fuentes energéticas tradicionales.

A medida que el mundo avanza hacia un futuro energético más sostenible, iniciativas como la Akademik Lomonosov demuestran cómo la tecnología nuclear puede desempeñar un papel importante en la transición hacia la neutralidad de carbono, aprovechando recursos eficientes y escalables para suplir la creciente demanda global de energía.

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