En el corazón del océano Índico, existe una isla que guarda misterios desde hace miles de años. Si bien su paisaje tropical la vende como un paraíso único, esta pequeña isla se considera uno de los lugares más peligrosos del mundo. A continuación, te contamos la razón por la que está prohibido visitarla.
Nadie puede visitar esta isla en el Índico. Imagen de National Geographic en 1974.
La isla Sentinel Norte queda en el archipiélago de Andamán y Nicobar, un grupo de islas a unos 1.200 km de la India continental. Es hogar de una tribu milenaria conocida como los sentineleses, quienes rechazan cualquier contacto con el mundo exterior.
Los sentineleses son una de las últimas tribus en el planeta que viven completamente aislados. Según un artículo de la BBC, se desconoce su idioma, sus costumbres e incluso la cantidad exacta de habitantes, aunque expertos estiman que pueden vivir entre 50 y 200 personas. Los intentos de acercamiento por parte de exploradores, antropólogos y pescadores han terminado en violencia.
Visitar la isla está completamente prohibido
La isla está administrada oficialmente por la India, que ha impuesto una prohibición estricta de visitas para proteger tanto a los sentineleses como a los posibles visitantes. No solo para preservar su forma de vida, sino también para protegerlos de enfermedades externas para las que no tienen inmunidad.
A lo largo de los años, ha habido intentos de establecer contacto pacífico, pero todos han fracasado. Incluso un incidente trágico en 2018, cuando un joven misionero fue asesinado al intentar acercarse, reforzó la necesidad de mantener la prohibición.
En abril de este 2025, el youtuber estadounidense Mykhailo Viktorovych Polyakov, fue detenido por viajar presuntamente a Sentinel Norte para "intentar ponerse en contacto con habitantes de la tribu", informó Euro News.
Antropólogos y activistas de India han expresado su preocupación por los intentos de contacto con la tribu de algunos individuos en los últimos años. Los expertos consideran que la tribu ha dejado claro su deseo de no tener contacto con gente ajena al lugar, por eso exigen que se los respete.