“Yo quisiera el país que hemos soñado. No es fácil, el mundo ha cambiado, tenemos una pandemia, pero la educación es la educación, la gente que trabaja, que tiene una pequeña empresa, no se puede desmerecer, no se puede en los balcones insultar”. Sostuvo Berbaera, dueña de los restaurantes La Marchigiana, Francesco y Nipoti.
La mujer, quien trabajó incansablemente toda su vida, aseguró: “Está mal la situación. Agradezco muchísimo a los proveedores, a la gente que nos está ayudando. Todavía no cerraron el local, con 180 empleados, ellos no duermen de noche y yo rezo todo el día”.
Indicó que “la gastronomía es importantísima y en Mendoza especialmente tomo un flujo muy hermoso. Los chicos que trabajan tienen que saber idiomas, tenemos que salir de la mediocridad, tenemos gente capacitada, inteligente, falta experiencia, capacitarse, unirnos y no tener bronca”.
La empresaria sostuvo que por ahora subsisten sus restaurantes con el público mendocino, y que el que mejor funciona es Nipoti. Sin embargo, espera que esto se termine pronto, aunque aseguró que no todo tiene que ver con la pandemia de coronavirus, sino también los impuestos que impone el Gobierno.
Especuló: “Si se abre la frontera con control, más el dólar a como está, Mendoza revive, revivimos todos”.
“Estamos retrocediendo terriblemente. Yo no quiero ofender a nadie, pero es mi pueblo y veo cuando los chicos emigran, tengo 4 nietos afuera, van a trabaja porque su país se lo niega, los impuestos son terribles”, aseguró la mujer.