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Nacido en Catamarca el 10 de julio de 1971 y criado en El Carril, en el Valle de Lerma, Juan llegó a Mendoza de luna de miel en 1998 y se "enamoró" de la provincia. Decidieron quedarse, siempre con su oficio a cuestas, aunque nada resultó fácil. “Allá nos iba bien porque trabajábamos junto a toda la familia; empezó mi abuelo, siguió mi papá, luego tres hermanos y yo. Pero claro, en Salta la tradición se vive constantemente, es muy diferente a Mendoza”, compara.
Juan Alberto junto a su hijo Lautaro y una de sus nietas. Asegura que de a poco las tradiciones se pierden.jpg
El taller familiar donde el artesano trabaja en la confección de calzados de baile: zamba, malambo, chacarera y tango.
Foto: Nicolás Ríos
“Allá, todo joven que cumple 18 años recibe como regalo las botas, el poncho o una guitarra. De nuestra provincia salieron grandes cantores como El Chaqueño Palavecino”, señala con orgullo.
Le costó establecer su negocio en Mendoza y, más aún, que funcionara como en Salta, donde su familia aún conserva dos fábricas artesanales. “Empecé a confeccionar zapatos escolares, pero era imposible competir con el cuero ecológico y el vinílico. Tuve que reinventarme y logré trabajar mucho gracias a las academias de baile”, relata.
Diseños exclusivos y personalizados. Su abuelo, en Salta, comenzó con el oficio.jpg
Diseños exclusivos y personalizados.
Nicolás Ríos
Aun así, las distintas ediciones de la Fiesta de la Vendimia no pasan sin contar con su habilidad, complementando la indumentaria y creando lo que más le apasiona: el calzado tradicional.
“Mi hijo Lautaro es cuarta generación, sigue con esto y nos va bien, aunque, como dije, la cultura autóctona no está muy marcada aquí. Una pena, creo que a los jóvenes ya no les interesa”, lamenta. Y agrega: “Tengo cuatro nietos, y dudo que sigan mis pasos”.
Los calzados tienen el sello Gutiérrez y calidad garantizada, asegura Juan Alberto.jpg
Los calzados tienen el sello "Gutiérrez" y calidad garantizada, asegura Juan Alberto.
Nicolás Ríos
“¿Mi especialidad? Creo que las botas de malambo con varios pliegues, dos suelas y cuero combinado”, define. El valor ronda los 185 mil pesos. “Todo hecho a mano y en forma personalizada”, concluye.