Vitivinicultura

Ingenieros agrónomos locales proponen alternativas para que las vides resistan al calor y a la sequía

Hace meses que no llueve y la nieve que ha caído también es escasa. Ya hay profesionales investigando qué hacer frente a los embates del cambio climático en Mendoza

Los efectos del cambio climático, el calentamiento global y este año el fenómeno de El Niño, tienen preocupados a los productores mendocinos, sobre todo al sector vitivinícola. La falta de lluvias y la escasa nieve caída durante un invierno atípico, más cálido de lo normal, y el pronóstico de un verano por demás intenso, son materia de investigación para especialistas de la facultad de Agronomía de la UNCuyo.

Es que la falta de agua, no solo provoca que escasee el recurso para regar, sino que la tierra cambie algunos de sus componentes, provocando, entre otros inconvenientes la aparición de plagas.

Natalia Carrillo y Ricardo García, son dos ingenieros agrónomos mendocinos estudiosos de cómo impactarán estos fenómenos sobre todo en la vid. Ambos fueron entrevistados en el programa Conexión Agro de Radio Nihuil y propusieron alternativas para afrontarlos.

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Hay variedades de uva que resisten más a las altas temperaturas, como la garnacha

Hay variedades de uva que resisten más a las altas temperaturas, como la garnacha

Alternativas para impedir que la sequía arruine con cultivos de vid

Los expertos se refirieron a algunos métodos no convencionales como la agricultura regenerativa, a la adaptación de los sistemas de riego para lograr la mayor eficiencia del agua, pero además a la utilización de portainjertos, para mejorar el suelos.

Sobre las variedades de vid, García explicó que hay algunas más resistentes al calor que otras. Puso como ejemplo a la garnacha, que tiende a autoprotegerse cuando las temperaturas suben y a la uva Sirah, que, por el contrario, no resite.

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El ingeniero manifestó que hay que tratar de reconvertir y adaptarse a lo que parece que será una constante en Mendoza: cada vez menos lluvias y veranos más intensos.

En cuanto a las formas de riego, si bien hay ciertos lugares de Mendoza -como toda la zona del Valle de Uco- que si utilizan el riego por goteo (es el más eficiente) casi todas las extensiones cultivadas utilzan riego por surco o por manto. Esto desperdicia el 60% del recurso hídrico.

El porta injerto, una solución para fortalcer y cuidar las plantas

En Mendoza, el 90% de la vid se ha sembrado a pie franco. La vid se planta a partir de un barbecho, una estaca enraízada. Pie franco hace alusión a un sistema de siembra por el cual las raíces son de la misma especie que la planta que crece. Para decirlo con un ejemplo, la uva es Malbec y las raíces coinciden con esa variedad.

Esto hace que la planta sea más propensa a las plagas y resista menos las características de un suelo "poco amable", afectado por las sequías, y todas sus consecuencias.

Cuando un cultivo es injertado, en el suelo se coloca una especie con mayor resistencia, que se diferencia de la variedad que se injerta.

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El portainjerto, una de las soluciones que proponen los expertos para hacer que las vides sean más resistentes a la sequía.

El portainjerto, una de las soluciones que proponen los expertos para hacer que las vides sean más resistentes a la sequía.

Si bien es un buen sistema, tal y como lo detalló la ingeniera, también puede tener algunos inconvenientes. Uno de ellos es que al convivir tantas especies de plantas, también "compitan" entre ellas por el agua y los nutrientes.

Finalmente, el ingeniero explicó que hay que tener cuidado en cómo se utiliza la agricultura regenerativa.

"Estamos tratando de mejorar el suelo, pero al mismo tiempo introducimos especies exóticas, hay que estudiar que sean especies que sirvan", destacó.