El vocero del Obispado de San Rafael, José Antonio Álvarez, ratificó este martes la posición de la Iglesia de no apoyar el reclamo de los fieles que hace 10 días se manifestaron de rodillas en protesta por la imposibilidad de recibir la comunión en la boca y negándose a que se las den en las manos.
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Álvarez reafirmó en Radio Nihuil que "la Iglesia no apoya la protesta. No es la forma de manifestarse. Uno puede disentir y solicitar, pero hay caminos para hacerlo. No se puede pretender algo que está prohibido por la ley civil. Y la restricción de derechos constitucionales en pandemia es legítima. Hay un problema serio que afecta a todos, que es el coronavirus y tenemos que cumplir".
El religioso agregó que "hace un mes, o un poco más, no podíamos siquiera participar de la misa porque hay una pandemia, todos lo saben. La autoridad de la Iglesia decidió adherir a las medidas sanitarias restringiendo el derecho de los fieles de participar de la misa por la aglomeración que supone la celebración comunitaria. Se comenzaron a usar medios virtuales para poder acercarse a la oración y a la liturgia. Pero la Iglesia no es virtual, es real".
Álvarez recodó luego que "avanzando en este tiempo de mayor flexibilización el Gobierno nacional dispuso que se podían hacer reuniones, entre otras las religiosas, con un máximo de 10 personas. Nos pareció muy poco. Entonces todos: católicos, musulmanes, judíos y evangélicos, pedimos al gobernador un mayor número. Rodolfo Suarez convocó a todos los líderes religiosos y se acordó llegar a 30 personas como máximo con un mínimo de ocupación del 25% de cada lugar".