Durante el verano es imprescindible estar alertas ante cualquier cambio en el comportamiento de las mascotas. El golpe de calor es conocido como una urgencia médica que se produce tanto en humanos como en animales debido al exceso de calor.
Las mascotas no son capaces de regular la temperatura corporal como lo hacen los humanos, por lo cual, tener estos síntomas pueden convertirse en un problema grave que puede desembocar en la muerte del animal si no recibe atención médica a tiempo.
A diferencia de los humanos, perros y gatos eliminan el calor de su cuerpo a través de las almohadillas de sus patas ya que representan las púnicas glándulas sudoríparas que tienen en su cuerpo. En circunstancias donde la temperatura es muy elevada, este sistema puede no ser suficiente para eliminar el calor corporal, por lo cual la temperatura de la mascota también aumenta y se pone en peligro su vida.
La temperatura límite de un perro es de 38-39°C, por lo cual cuando la temperatura corporal se eleva a los 41/41°C pueden causarse daños en los tejidos y órganos del animal.
Temperatura corporal normal de los humanos: entre 36.9° y 37° C
Por lo cual, mientras nosotros tenemos un margen de 6°C aproximadamente, un perro solo tiene 3ºC de margen para colapsarse.
Las mascotas pueden sufrir un golpe de calor en distintas situaciones, tales como:
- Alta temperatura y humedad ambiental
- Estar expuestas al sol, a la intemperie y sin sombra
- Encontrarse en sitios con suelos de cemento
- Permanecer en ambientes reducidos y sin ventilación como autos, bodegas de avión o barco
- Realizar ejercicio físico en demasía
- Contar con poca cantidad de agua y no renovarla con frecuencia
- Pertenecer a una raza braquicéfala
- Antecedentes de golpe de calor previos o enfermedad cardiopulmonar crónica