Lidiar con el tránsito de Mendoza, las calles destruidas de muchos barrios, y también el mal humor de los pasajeros, que van tarde, con sueño o fastidiados con la realidad que vivimos. Sin embargo, los pasajeros de la Línea 200 (G2) tuvieron la fortuna de tener al más excepcional de los choferes, uno que les hacía sonreír con sus bromas y canciones. Se llamaba Omar Ávila, y lo apodaban El Cordobés. Este lunes terminó la batalla con un cáncer y se fue, dejando mucha tristeza en quienes lo conocieron personalmente o a través de los medios, ya que se hizo popular, especialmente en el 2013, cuando fue elegido por el voto popular como el Mejor Chofer, premio que entregaba la Secretaría de Transporte de Mendoza y donde votaban los usuarios vía Twitter.