Nada es más triste que ver cortado o acotado el futuro de los jóvenes. El dolor que causa ver una escuela vandalizada y saqueada no tiene consuelo. Este domingo, apenas apagado el fuego que consumió lo que no se pudo robar de la biblioteca y la sala de cómputos de la escuela 4072 Federico García Lorca, los directivos, docentes, alumnos y sus padres, se rebelaron contra la adversidad y pusieron manos a la obra para seguir adelante, apostando al futuro.
Son más de 30 las veces que se ha repetido esta escena, donde el establecimiento educativo se transforma en un escenario de post guerra. Un grupo de incalificables ingresó por los fondos de la escuela, que dan al viejo hospital Lencinas, en Villa Hipódromo, Godoy Cruz, y fue al lugar de siempre: el módulo donde están la biblioteca y el laboratorio, donde está el botín supuestamente más suculento. Allí saquearon, y lo que no pudieron llevar, lo prendieron fuego, dañando una colección de más de 5.000 libros.
Los directivos de la escuela se lamentan y preocupan por la pérdida del equipamiento tecnológico, ya que justamente hace unos meses se dejó de lado el sistema de registros de asistencias de papel, para hacer uso del digital.
Robo, incendio y vandalismo
"Fue mucho peor el daño que hicieron, que lo que se robaron. Faltan algunas computadoras, un horno de microondas y elementos de uso diario, casi sin ningún valor. Pero lo que no se llevaron lo rompieron a martillazos, lo bañaron en pintura que encontraron, y lo peor: prendieron fuego la biblioteca", explicó Adriana Escalante, la directora de la escuela secundaria, orientada a la administración y gestión administrativa.
La docente también contó que esta es una de las incursiones más graves que han sufrido, comparable con "otras grandes", como las de agosto del 2018, y "la más grande, en diciembre de 2017", recordó Escalante.